El fosfito como bioestimulante mejora la absorción y asimilación de nutrientes, tolerancia al estrés abiótico y la calidad del producto cosechado. Además, estos compuestos promueven y mejoran el crecimiento de raíces, rendimiento y contenido nutricional de los cultivos. Así mismo, existen reportes de su uso como fungicida y bactericida.
El análisis vegetal permite el uso del contenido mineral de las plantas como indicador de su situación nutricional y/o fisiológica asociada a los altos rendimientos y mejor calidad. El DRIS clasifica en orden de importancia los nutrimentos que requiere la planta, tomando en cuenta su interacción, balance nutrimental y detecta excesos relativos.
La sintomatología visual es la primera herramienta disponible para conocer la situación nutricional de una planta y la identificación de los signos de hambre de nutrimentos. Los síntomas de deficiencias nutricionales resultan de un desbalance metabólico dentro de la planta, asociado con la función de un determinado nutrimento que participa como elemento esencial en un proceso fisiológico, ya sea activando o regulando la velocidad de un proceso enzimático, o bien porque el nutrimento es un constituyente estructural de un metabolito esencial o de una estructura molecular.
Ante situaciones de estrés abiótico, la síntesis de la glicina betaína en la planta tiene como propósito ajustar el potencial osmótico interno para compensar el potencial osmótico externo y de esta forma evitar la pérdida de turgencia, es decir, la planta disminuye su potencial osmótico interno acumulando solutos a nivel de citosol y organelos para compensar el potencial osmótico.
Estos últimos años se están presentando cambios climáticos en todo el planeta, debido a la pérdida de la capa de ozono que genera cambios en la temperatura y en el régimen de lluvias ocasionando inundaciones o sequías en diferentes países. Todos estos cambios climáticos tienen un impacto sobre el rendimiento y la calidad de las cosechas, debido a que se alteran los procesos fisiológicos y a la interacción del genotipo de las plantas con el medio ambiente, favoreciendo el desbalance hormonal de los cultivos.
Los sistemas de fertirrigación proveen a la planta de nutrientes disueltos en el riego por goteo o subterráneo, donde se aprovecha el agua como un vehículo haciendo más eficiente el transporte de nutrientes hacia la planta. Con esta técnica se tiene como objetivo que el agua y los nutrientes lleguen a la zona de mayor cantidad de raíces.
Un bioestimulante es cualquier sustancia o microorganismo que, al aplicarse a las plantas, es capaz de mejorar la eficacia de éstas en la absorción y asimilación de nutrientes, tolerancia a estrés biótico o abiótico o mejorar alguna de sus características agronómicas, independientemente del contenido en nutrientes de la sustancia.
Se considera “bioestimulante vegetal” a cualquier sustancia o microorganismo que sea capaz de mejorar la respuesta de las plantas al estrés biótico o abiótico, mejorar cualquier rasgo importante para el cultivo (color, sabor, contenido en bioactivos) o la eficacia nutricional, independientemente de su contenido nutricional.
Una fitohormona es una sustancia orgánica, activa a muy bajas concentraciones, a veces producida en determinados tejidos y transportada a otro tejido, donde ejerce sus efectos, pero también puede ser activa en los propios tejidos donde es sintetizada. El término reguladores de crecimiento es cualquier compuesto orgánico natural o de síntesis que, en pequeñas cantidades tiene efectos de forma similar las fitohormonas.
El boro (B) es uno de los micronutrientes esenciales para la producción vegetal debido a su importante papel dentro de la división, diferenciación y elongación de las células de los tejidos nuevos. Por otra parte, este elemento está involucrado en la permeabilidad de la membrana, síntesis de la pared celular (más del 90% del B está en las paredes celulares), respiración, y regulación estomática.