Los científicos y organismos reguladores se adhieren a una definición rígida de elementos o nutrientes esenciales para las plantas que se propuso en 1939 por Arnon y Stout. Esta definición considera un elemento como nutriente vegetal sólo en el contexto de la finalización del ciclo de vida de la planta. Excluye elementos que “sólo” mejoran el crecimiento, la tolerancia al estrés, la eficiencia de nutrientes, agua y otros recursos, y/o mejoran la calidad o el valor nutricional del producto cosechado.
Se denominan como PGPR (plant growth-promoting rhizobacteria, por sus siglas en inglés) a un conjunto de bacterias que habitan en la rizósfera de las plantas y que producen en ellas todo tipo de beneficios, desde mejorar su crecimiento hasta su protección contra agentes patógenos; además, al ser de origen orgánico, combaten la contaminación de los suelos haciendo que estos se vuelvan más fértiles y aptos para la producción de alimentos.
La agricultura regenerativa es una filosofía y enfoque agrícola que se centra en la restauración y mejora de la salud del suelo, la biodiversidad y la integridad del ecosistema en su conjunto, al tiempo que garantiza la producción de alimentos de manera sostenible a largo plazo.
La presencia de concentraciones nocivas de algunos elementos y compuestos en los suelos es un tipo especial de degradación que se denomina contaminación. La contaminación del suelo puede clasificarse en distintos tipos como son la biológica (microorganismos patógenos, otros organismos patógenos vivos), química orgánica (pesticidas, micotoxinas, esteroides) o química inorgánica (sales, metales pesados).
Un suelo fértil es aquel capaz de proporcionar a las raíces de las plantas en forma balanceada y suficiente las sustancias nutritivas que requieren los cultivos para producir altos rendimientos (cantidad y calidad).
El frijol se siembra en todas las regiones agrícolas de México y es uno de los alimentos fundamentales en la dieta de las personas. El frijol se cultiva en más de 90 países en una diversidad de ambientes y sistemas de producción, donde la nutrición del cultivo es uno de los pilares fundamentales para lograr una alta productividad.
La industria de los fertilizantes enfrenta un cambio continuo para mejorar la eficiencia de sus productos, principalmente los fertilizantes nitrogenados, y minimizar posibles impactos ambientales negativos. En este sentido, se han desarrollado los fertilizantes de liberación controlada (FLC), lenta (FLL) y estabilizados. Estos fertilizantes se han vuelto muy populares en los últimos años por las ventajas que proporcionan.
Los fertilizantes potásicos son predominantemente sales solubles en agua. El potasio en la naturaleza se encuentra en forma de depósitos que forman minas o yacimientos minerales bajo tierra, pero también puede estar en salmueras de mares o lagos en secamiento. El 80% del potasio se extrae de las minas, 12% de lagos y un 8% por disolución de depósitos de sales bajo tierra.
El cobre (Cu) es un elemento esencial para el crecimiento de las plantas; sin embargo, estas mismas lo requieren en pequeñas cantidades, es por ello que se clasifica dentro de los micronutrimentos. La función principal del Cu en la planta es la de participar como coenzima en varios sistemas enzimáticos involucrados en la formación y conversión de aminoácidos, así como en la desintoxicación de radicales superóxido.
El agave azul es una planta suculenta perenne perteneciente a la familia Agavácea nativa de México, se usa principalmente para la elaboración de tequila, pero en la actualidad los usos de este cultivo van desde la fabricación de telas, jarabes y sustitutos de azúcar. La producción de este cultivo en México se encuentra en las regiones conocidas como Denominación de Origen del Tequila (DOT), las cuales comprenden condiciones óptimas para la producción y desarrollo de esta planta.