El control ambiental en los invernaderos está basado en manejar de forma adecuada todos aquellos sistemas instalados en el invernadero, como calefacción, ventilación y el suministro de fertilización carbónica, para mantener los niveles adecuados de radiación, temperatura, humedad relativa y nivel de CO2, y así conseguir la mejor respuesta del cultivo y por tanto, mejoras en el rendimiento, precocidad, calidad del producto y calidad del cultivo en general.
La planta de pepino demanda altas temperaturas y una condición de humedad en el suelo óptima Con el fin de alcanzar los mejores rendimientos; bajo condiciones climáticas desfavorables se pueden llegar a presentar diversos problemas tales como reducción en el número de flores, retraso en el crecimiento de los frutos y diversos desórdenes nutricionales.
Uno de los factores determinantes en la práctica del fertirriego es la calidad del agua. La calidad del agua de riego para la agricultura es muy importante e influye en la planificación del riego, debido a que nos determina los componentes de la instalación del sistema de riego y su manejo, además del cultivo a establecer. La calidad del agua de riego afecta tanto al rendimiento de los cultivos como a las propiedades físicas del suelo, especialmente a la conductividad hidráulica.
Para obtener de 1 a 8 kg de MS de alimento para el ganado se emplea 1 m3 de agua de riego cultivando especies forrajeras en suelo, mientras que utilizando el mismo volumen de agua en la producción de FVH se obtienen 80 kg de MS de forraje de buena calidad nutricional para alimentar diversos tipos de ganado.
La horticultura ha venido intensificando el consumo de nutrimentos debido a un sig-nificativo aumento en los potenciales de rendimiento, primeramente al pasar del riego por gravedad al sistema de riego por goteo y posteriormente al sistema de producción intensiva en invernadero.
Los nemátodos son “gusanos”, en su mayoría microscópicos, con dimensiones que van de 0.25 mm a 3.0 mm de largo. Comúnmente son de forma cilíndrica, estrechos hacia la cabeza y cola.
El Manejo Integrado de Plagas (MIP) es definido como la selección inteligente de tácticas para controlar plagas; asegurando consecuencias económicas, ecológicas y sociológicas sostenibles. El MIP no busca la eliminación completa de las plagas, sino la reducción de las mismas a niveles por debajo del umbral económico.
Los efectos de las bajas temperaturas en las plantas incluyen cambios en la bioquímica y biofísica de las membranas, en la síntesis proteica, modificaciones conformacionales en enzimas, en la ultraestructura de mitocondrias y cloroplastos y en los metabolismos fotosintético y respiratorio, además de disminución del crecimiento y alteraciones en el desarrollo.
La producción de fresa se da principalmente en suelo, sin embargo, cada vez es más difícil llevarlo a cabo por la aplicación de pesticidas, necesarios para el control de plagas y enfermedades.
La evolución de la agricultura se da cada vez más rápido, el uso de organismos benéficos para el control de plagas en diversos cultivos es uno de los temas que ha visto mayor avance, pues en un manejo eficiente es posible el control y manejo de plagas mediante el control biológico.