Se ha estimado que entre un 30 a 40 % de los suelos agrícolas del mundo tienen problemas de acidez, limitando el crecimiento y desarrollo de los cultivos. En suelos con pH menor a 5, el aluminio (Al) es un elemento perjudicial al solubilizarse en formas iónicas. Estas formas iónicas han demostrado ser muy tóxicas para las plantas, provocando inicialmente la inhibición de la elongación de las raíces.
La acidificación de los suelos es un proceso dinámico que engloba la acción de factores naturales (edáficos, climáticos y biológicos) y antropogénicos (derivados de la acción del hombre). Este proceso puede ser acelerado con la práctica de la agricultura, por la producción de cultivos intensivos y las prácticas de manejo del suelo.
En esquemas de producción intensivos fertilizados exclusivamente con nitrógeno (N), fósforo (P) y potasio (K), el Mg se ha convertido en uno de los factores limitantes, debido al agotamiento en una gran cantidad de suelos. La absorción de Mg está influenciada por la cantidad del elemento disponible en la solución del suelo, el pH del suelo, el porcentaje de saturación de Mg en el total de la capacidad de intercambio catiónico, y tipo de suelo.
El ion nitrato tiene carga negativa y, por tanto, no puede ser retenido por las arcillas, es fácilmente transportado por el agua. Las láminas de agua excesivas o lluvias abundantes favorecen su arrastre hacia estratos inferiores del suelo, fuera del alcance de las raíces. Esto representa pérdidas económicas para el agricultor, tanto por el desperdicio de nutrimentos como por la disminución del rendimiento. Adicionalmente, la lixiviación de nitratos tiene mayores consecuencias negativas, generando daños a la salud y contaminación de acuíferos. Para mitigar este problema se debe tener un manejo muy cuidadoso del riego y de los fertilizantes nitrogenados.
El boro (B) es un micronutriente esencial para las plantas y cuando se encuentra deficiente, diversas funciones y procesos fisiológicos se deterioran en las plantas. Desempeña un papel fundamental en la estabilidad de las paredes y membranas celulares, donde el 90 % del B contenido en la planta se asocia con la pared celular, al formar enlaces con pectinas y polisacáridos.
Esta propiedad química del suelo se refiere a la cantidad total de cargas negativas que están disponibles sobre la superficie de las partículas en el suelo. También se puede definir como el número total de cationes intercambiables que un suelo en particular puede o es capaz de retener (cantidad total de carga negativa).Conocer la Capacidad de Intercambio Catiónico (CIC) de un suelo es fundamental, pues este valor nos indica el potencial de un suelo para retener e intercambiar nutrientes.
En las zonas tropicales de américa los suelos Oxisoles y Ultisoles son dos órdenes característicos por su bajo contenido de fósforo, el cual va de 1 a 5 ppm (Bray P2), por lo que claramente constituye una de las principales limitantes para el crecimiento y productividad de cultivos anuales, pastos y demás tipo de plantaciones. Por su parte México no es la excepción, ya que los estados de Tabasco y Veracruz tienen suelos con esta problemática.
El crecimiento de la deficiencia de Zinc en los suelos se debe a tres principales razones: a) mayores potenciales de rendimiento en los cultivos; b) nula aplicación de Zinc al suelo y c) uso de fertilizantes NPK con mayor grado de pureza. Las características físicas, químicas y biológicas de los suelos, también determinan fuertemente una mayor o menor concentración de Zinc. El análisis de suelo es la única herramienta que permite diagnosticar la concentración real y disponible de Zinc en el suelo, además de todos los nutrimentos esenciales para las plantas.
El yeso agrícola es un mineral muy suave compuesto por sulfato de calcio di-hidratado (CaSO4•2H2O) que ha sido utilizado por los agricultores desde hace mucho tiempo.
En la solución del suelo, las altas concentraciones de Aluminio (Al3+) e Hidrógeno activo (H+) dan lugar a la acidez del suelo. El pH (potencial de hidrógeno) es la medida del grado de acidez o alcalinidad de un suelo. Un pH de 7.0 indica neutralidad, pero a medida que este valor disminuye el suelo se vuelve más ácido, de manera que, un pH de 6.0 es diez veces más ácido que un pH de 7.0.