El Huanglongbing (HLB), también conocido como “dragón amarillo” o greening, es la enfermedad más destructiva que afecta al cultivo de cítricos a nivel mundial. Una vez infectados los árboles inevitablemente mueren en un período máximo de ocho años, dependiendo de la edad y condiciones del cultivo. Aunque es impreciso determinar el porcentaje en que la enfermedad reduce el rendimiento, algunos estudios sugieren perdidas de un 65 a 100 %.
México actualmente ocupa el primer lugar en exportaciones y sexto en producción a nivel mundial. Tan sólo en 2012 se exportaron 290,479 toneladas de mango (SAGARPA, 2013). Como datos de interés se tienen los siguientes: a) 8 de cada 100 kg de fruta en México corresponden a mango b) Guerrero y Nayarit producen 2 de cada 5 mangos que se cosechan en el país c) 5 de cada 100 mangos que se consumen en el mundo son mexicanos d) En promedio se producen 12.8 kg de mango por persona cada año en México e) En promedio se consumen 10.3 kg de mango por persona cada año en México.
Esta enfermedad se encuentra prácticamente en todas las áreas donde se cultiva papaya y llega a ser la causa principal de las pérdidas de fruta en postcosecha. Algunos estudios estiman perdidas en postcosecha de hasta el 17 % por esta enfermedad, pero si el ataque es severo aunado a un mal manejo este porcentaje puede incrementarse.
Investigadores de la Universidad de Almería liderados por el Dr. Francisco Camacho Ferre, desarrollan modelo pionero a nivel mundial para la producción de la papaya, realizando la técnica del injerto herbáceo de manera simultánea al sexado prematuro de la planta, que facilitan el manejo agronómico del cultivo y mejoran la producción, debido a que se puede realizar una mejor adaptación de los ciclos de cultivo, ganando tiempo, espacio y reduciendo costos.
Existen etapas claves en la fenología de cada planta, en donde se tiene mayor demanda de nutrientes dependiendo de cada especie. En árboles perennes, por ejemplo: El periodo de floración, cuajado de fruto, abscisión de fruto (asociado a la etapa llamada “caída temprana de frutos”), y la "segunda caída" que por lo general se produce a principios de junio hasta finales de Julio.
Uno de los aspectos que más incide en el rendimiento del cultivo de cítricos como limón, naranja y mandarina; es el manejo de la nutrición, especialmente cuando los árboles entran a la etapa de floración y fructificación. En cítricos, el potasio es el elemento extraído en mayor cantidad por la planta, después del nitrógeno. Cumple funciones fundamentales en la fisiología de la planta, por lo que se le considera un macronutrimento esencial.
La producción citrícola altamente rentable requiere de un adecuado manejo nutricional del cultivo. Debe tenerse en cuenta la relación suelo-planta-fruto, y es importante conocer la disponibilidad nutrimental del suelo para así proporcionar en tiempo, forma, balance y cantidad los nutrientes a las plantas y lograr buen desarrollo de frutos. En suelos ácidos el manejo es distinto, debe considerarse tanto una nutrición eficiente como un programa de encalado bien establecido, sustentado en análisis de suelos y análisis foliares, permitiendo con esto realizar ajustes en la nutrición en función de los niveles de fertilidad del suelo y la demanda nutricional del cultivo.
A la especie referida se le conoce con varios nombres comunes como hicaco o caco en Chiapas, ciruela de paloma en Yucatán y Pe-pe en Oaxaca. En otras regiones del mundo se le ha denominado: Zicaque (Antillas), Icacillo (Venezuela), caramio (Guyana), koenatepie (Surinam), Ajurú-branco, cajurú, goajurú, oajurú (Brasil).
La nutrición de los cítricos establecidos en suelos calcáreos es especial, difiere por los efectos del pH del suelo sobre la disponibilidad de nutrientes en el suelo y también por las reacciones químicas que provocan la pérdida y/o fijación de algunos nutrientes. La presencia de carbonatos de calcio (CaCO3) afecta la química y disponibilidad de varios de los nutrientes esenciales para las plantas, principalmente nitrógeno, fósforo, potasio, hierro, manganeso y zinc.
Los trips son insectos del orden Thysanoptera, que alberga alrededor de 6,000 especies distribuidas en los subórdenes Tubulifera y Terebrantia. Unas 5,500 especies han sido descritas como fitófagas; sin embargo, solo el 1% de éstas se consideran plaga agrícola. En zonas aguacateras de Michoacán los daños por trips llegan a manifestarse en 25% de los frutos.