La fertirrigación es la técnica que ha permitido proporcionar la cantidad de agua y nutrimentos, en el momento y lugar que las plantas necesitan. Esta técnica esta sobre todo asociada con el uso de sistemas de riego localizado (ver más), que hacen más eficiente el uso de agua. La fertirrigación al permitir el fraccionamiento de los nutrimentos acorde a los requerimientos del cultivo ha posibilitado reducir la cantidad de fertilizantes empleados en el cultivo de arándano. Asimismo, ha brindado mejoras en la producción y calidad de los frutos cosechados.
Labores previas
Para poder establecer exitosamente el cultivo de arándano y un adecuado sistema de fertirrigación dentro de él, se vuelve necesario llevar a cabo labores previas que permitan tomar decisiones sobre el diseño del sistema de riego y el programa de nutrición del cultivo.
Estudio físico del suelo. El uso de calicatas permite determinar propiedades del suelo como velocidad de infiltración, pedregosidad, profundidad efectiva, textura, color, presencia de zonas compactadas y para evaluar la actividad biológica del lugar. Estas propiedades permiten que se puedan caracterizar los distintos tipos de suelo (características similares) que componen a un determinado terreno. La clasificación debe realizarse en términos que el productor sea capaz de entender para poder llevar a cabo el manejo más apropiado. Con la información recabada se puede tomar o no la decisión de realizar alguna labor previa en el suelo, como lo es el subsolado cuando existen capas compactadas. Es recomendable realizar una calicata por cada hectárea de terreno de forma equidistante.
Figura 1. La fertirrigación en el cultivo de arándano ha permitido el uso eficiente agua y fertilizantes. Fuente: Intagri, 2016. |
Otros métodos empleados para caracterizar el suelo es el uso de equipos provistos de sensores que permiten separar unidades de suelo, basados en alguna característica como es la conductividad eléctrica; sin embargo, las zonas determinadas con estos equipos se corroboran con calicatas, pero el número a realizar es menor.
Diseño de sistema de riego. El sistema de riego deberá diseñarse con base en las características físicas del suelo, procurando proporcionar una cantidad de agua uniforme para todas las plantas que permita abastecer sus necesidades hídricas. El diseño de cada sector deberá ser diferente cuando el tipo de suelo cambie, por lo que es importante que antes del diseño se sectorice el terreno lo más apegado al mapa de suelo realizado del terreno. En el caso de que, por cuestiones de diseño, un sector de riego este dentro de dos distintos tipos de suelo deberá mejorarse el suelo mediante la adición de materiales como composta, residuos orgánicos o aserrín, que permita establecer condiciones lo más homogéneas posibles. La otra opción es la formación de camellones o camas para formar suelo.
Elección de la variedad. La morfología y fisiología de una variedad también juegan un papel importante para aprovechar eficientemente las condiciones del terreno, ya que por ejemplo la variedad `Duke´ concentra su raíz en los primeros 30 cm, muy por el contrario `Legacy´, que puede llegar sin problema a un metro de profundidad. Sin embargo, `Duke´ exige condiciones de alto contenido de materia orgánica para alcanzar su potencial de rendimiento. Cada una de las variedades tiene sus particularidades, y ello puede ser aprovechado cuando se tengan condiciones de suelo heterogéneas al poder establecer dos o más variedades dentro de un mismo predio.
Análisis químico del suelo. La fertilidad química del suelo es otro de los parámetros a considerar previo al establecimiento del cultivo y sobre todo para el diseño de un programa de fertirrigación. Con el análisis químico de laboratorio es posible determinar los niveles de cada nutrimento y saber con precisión la cantidad que deberá ser aplicada para alcanzar el mayor potencial productivo de la variedad. Sin embargo, también con este análisis se puede conocer parámetros como la capacidad de intercambio catiónico del suelo, pH, conductividad eléctrica y contenido de materia orgánica. A partir de este análisis puede tomarse la decisión de aplicar enmiendas al suelo para mejorar la estructura o pH del mismo. El contenido de materia orgánica debe estar por encima del 4 %. Asimismo, el análisis químico del suelo puede realizarse cada 2 o 3 años. Las submuestras deben ser tomadas lejos del gotero cuando el cultivo este establecido y sin ningún residuo del mantillo o mulch.
Análisis químico del agua. Aunque es importante también el análisis biológico para evitar la deposición de patógenos en el cultivo, el análisis químico del agua es un requisito esencial para poder establecer un programa de fertirrigación dado que el agua que comúnmente se emplea en la agricultura no es del todo inerte, trayendo consigo elementos minerales. Los aportes que llega a realizar el agua de riego deben ser contemplados durante la determinación de la cantidad de fertilizante que se aplicará al cultivo. El parámetro más importante que se toma en cuenta en el agua es su conductividad eléctrica, que debe ser menor a 1, y en caso de no ser así, en algunos lugares ya se emplean equipos de osmosis inversa para poder utilizarla. Asimismo, un pH elevado en el agua hace necesaria su acidificación para su empleo en fertirrigación. El análisis de agua debe realizarse anualmente, y de ser posible de 3 a 4 veces en el mismo ciclo, sobre todo si se emplean aguas superficiales. La toma de la muestra se hace sobre el caudal con una botella de plástico y llena en su totalidad.
Cuadro 1. Niveles críticos de nutrimentos en suelo para el cultivo de arándano. Fuente: Castellanos, 2016. |
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Nutriente |
Unidad |
Arándanos |
pH (2:1; en agua) |
Rango |
5.5 – 6.5 |
Deficiente a menos de: |
||
Fósforo (P; Bray) |
ppm |
25 a 40 |
Fósforo (Olsen) |
ppm |
10 a 20 |
Potasio (K) |
ppm |
200 |
Calcio (Ca) |
ppm |
2000 |
Magnesio (Mg) |
ppm |
200 |
Hierro (Fe) |
ppm |
30 – 40 |
Manganeso (Mn) |
ppm |
15 a 60 |
Boro (B) |
ppm |
0.8 – 1.2 |
Curvas de absorción de nutrimentos. La absorción de los nutrimentos por parte de una u otra variedad o grupo de variedades dependerá mucho de su fenología. De forma general, se reporta que durante la brotación el nitrógeno es el nutrimento que la planta demanda en mayor proporción, el cual puede obtener de las reservas acumuladas el ciclo anterior. Sólo hasta que los brotes alcanzan una longitud de 10 a 15 cm, inicia la absorción de nitrógeno vía raíz. En dicha etapa el fósforo es un elemento importante, por el crecimiento radical que se genera. A partir del cuajado de frutos y hasta su cosecha el potasio es el nutrimento que se aplica en mayor concentración, seguido del calcio. La aplicación de calcio debe realizarse incluso en postcosecha para que la brotación del año siguiente no tenga problemas asociados a este elemento. Es importante conocer la dinámica de acumulación de los elementos y a partir de ella determinar el momento hasta el cual debe aplicarse un determinado nutrimento. Por ejemplo, existen variedades que llegan acumular el máximo de nitrógeno antes de cosechar (`Brigitta´ o `Duke´), mientras que otras variedades (`O`Neal´) mantienen una acumulación constante.
Nutrición del arándano
Figura 2. Curva de absorción de nutrientes de la variedad `Brigitta´ con rendimiento de 19 t/ha (Br: Brotación, Cu: Cuaja, P: Pinta, Co: Cosecha) Fuente: Vidal, 2017. |
La dosis de cada nutrimento que se aportará al cultivo estará en función de la meta de rendimiento que se desea alcanzar y de la fertilidad del suelo (análisis químico). La falta o exceso de un nutrimento va en decremento del rendimiento y calidad de la fruta. El análisis foliar (realizado de manera anual) también es una herramienta de la que se puede echar mano para poder determinar una recomendación de fertilización. Las dosis de nutrimentos a aplicar para plantación en suelo en plena producción se puede determinar de una forma práctica como lo sugiere Hirzel (2017), al relacionar el rendimiento a obtener con la necesidad nutricional por cada unidad de rendimiento según la formula siguiente:
Factor de dosis. Este es un factor que correlaciona las necesidades del cultivo de arándano con la variedad y vigor que presenta, rendimiento y diagnóstico nutricional (análisis químico del suelo o análisis foliar). Sin embargo, el principal parámetro que se utiliza es el diagnostico nutrimental del suelo, el cual permitirá emplear uno
u otro valor dentro del rango establecido en el Cuadro 2. Al comparar los resultados del análisis químico del suelo con los rangos establecidos en el Cuadro 1 y categorizar si el nutrimento está en un estado deficiente, normal o alto; permitirá tomar la decisión de utilizar el factor más pequeño o más alto de acuerdo al estatus de cada nutrimento. Por ejemplo, un suelo rico en materia orgánica tendrá mayor disponibilidad de nitrógeno que aquel donde la materia orgánica es baja debido a su mineralización, lo cual facilita determinar que en el primer caso el valor del factor empleado sea menor que el utilizado en un suelo con bajo porcentaje de materia orgánica. El mismo caso sucede con los demás nutrimentos que necesita el arándano. La elección del factor de dosis también depende del vigor de la variedad, pues variedades vigorosas requerirán una mayor aportación que aquellas de crecimiento más reducido.
Monitoreo nutrimental. El monitoreo de la nutrición en el cultivo de arándano puede realizarse mediante distintas herramientas que permitan determinar si la cantidad de nutrimentos que se aplican al cultivo son suficientes para obtener el máximo potencial de rendimiento. Dicho monitoreo se puede realizar mediante el análisis foliar, donde los valores de referencia varían considerablemente de una variedad a otra, dependiendo de su fisiología y vigor. Actualmente se cuentan con distintos reportes que proponen valores de referencia de forma general como el que se muestra en la nota siguiente: Nutrición Orgánica en el Cultivo de Arándano. Es importante que cada productor sea capaz de ir estableciendo sus propios valores que permitan hacer más eficiente el uso de sus recursos.
Fuentes fertilizantes. Las fuentes fertilizantes utilizadas deben ser solubles en agua y con un alto grado de pureza. Dentro de algunas fuentes utilizadas en la fertirrigación del arándano se encuentra el sulfato de amonio, urea, sulfato de magnesio, sulfato de potasio, ácido fosfórico, nitrato de magnesio, fosfato monopotásico, fosfato monoamónico, calcio con ácidos carboxílicos, entre otras. Para producción orgánica los fertilizantes empleados que actualmente se utilizan son: harina de pescado, sangre de pescado, roca fosfórica, sulfato de potasio,
Cuadro 2. Factores de dosis para nutrimentos en el cultivo de arándano. Fuente: Hirzel, 2013 y Hirzel, 2018. |
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Nutrimento |
Factor de dosis |
Nitrógeno |
3 a 5 |
Fósforo |
1.5 a 2.5 |
Potasio |
5 a 7 |
Calcio |
1.2 a 1.5 |
Magnesio |
0.6 a 0.8 |
Azufre |
0.6 a 0.8 |
Boro |
0.02 a 0.03 |
Zinc |
0.02 a 0.04 |
sulfato de magnesio, sulfato de calcio, vermicomposta o ácido cítrico. Es importante que durante la preparación de las soluciones madre que se inyectarán al sistema de riego se tenga en consideración la compatibilidad de los fertilizantes que evite taponamientos en los emisores.
Fraccionamiento de nutrimentos. Se ha evaluado que entre más fraccionada este la aplicación de fertilizantes mediante el sistema de riego en el arándano, los saltos de la conductividad eléctrica en la solución del suelo serán menores. Evitando con ello posibles daños en la productividad del cultivo.
Riego en arándano
Sin duda alguna el agua es el recurso más indispensable para la producción de cualquier cultivo. El agua es importante para llevar a cabo las distintas funciones metabólicas de las plantas y de la que depende, entre otras cosas, el flujo e ingreso de elementos minerales para el crecimiento y desarrollo de las plantas.
Consumo hídrico. El consumo que tiene el cultivo de arándano puede variar dependiendo de las condiciones climáticas y edáficas en las que se encuentre establecido. De forma general se reporta un consumo que pude ir de 1.5 a 3 litros por día. Bryla (2017), reporta que en Oregón, EE. UU. el consumo de agua varía de 12.5 a 50 mm de agua por semana (1 mm= a 10,000 L/ha). Sin embargo, es importante determinar con precisión el consumo hídrico en función de las condiciones que prevalecen en cada sitio en el que se establece el cultivo, determinando la evapotranspiración (ET0) y coeficiente de cultivo (kc).
Sensores de humedad. Otro método, y que en la práctica se prefiere más, es el uso de sensores de humedad, los cuales permiten determinar el cuanto y cuando se debe regar en los cultivos. Dentro de ellos podemos destacar equipos de bajo costo como los tensiómetros hasta equipos de costo elevado como las sondas FDR (ver más). En este sentido, los tensiómetros son los equipos de monitoreo de humedad más utilizados y que se emplean en forma de batería para el manejo del agua en el suelo. De forma general, se recomienda al menos el uso de dos tensiómetros, uno de forma superficial (20 a 25 cm) y otro a mayor profundidad (40 a 45 cm), donde el primero permitirá conocer la humedad disponible para las raíces y el segundo para determinar si no hay un exceso de agua que no es aprovechable por las raíces del arándano. Las lecturas límites (tensiómetro más superficial) para la programación del riego en suelos arenosos suele establecerse en 10 centibares (cb), límite que puede ser mayor para suelos de textura más arcillosa estableciéndose entre 15 a 20 cb, dependiendo del porcentaje de arcilla presente.
Laterales de riego. En arándano es común encontrar dos laterales de riego paralelos a la cama donde están establecidas las hileras de plantas. Se emplean generalmente dos laterales con distanciamiento de 40 cm entre ellos y 20 cm respecto a la planta. La distancia entre goteros puede variar desde unos 30 a 40 cm. Los caudales del gotero pueden ir desde 1.6 a 1.8 L/h.
En el Curso Técnico-Intensivo en Producción de Arándano se abordará con detalle el tema de fertirrigación de arándano a cargo del especialista chileno Juan Hirzel. Además se expondrán otros temas relevantes como la producción hidropónica, manejo del cultivo, nutrición orgánica, entre otros más. No te quedes fuera, y juntos reduzcamos la brecha entre la ciencia y el agricultor.
Figura 3. El uso de dos laterales de riego por hilera de plantas es una práctica común entre productores de arándano. Fuente: Bryla, 2017. |
Cita correcta de este artículo
INTAGRI. 2018. Manejo de la Fertirrigación en Arándano. Serie Frutillas. Núm. 24. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 6 p.
Fuentes consultadas
- Bryla, D. R. 2017. Avances en la fertirrigación y monitoreo nutrimental de las berries. En Curso Internacional en Producción de Berries. INTAGRI. México.
- Bryla, D. R. 2017. Manejo del Riego y Fuentes de Nitrógeno en el Cultivo de Arándano. En Curso Internacional en Producción de Berries. INTAGRI. México.
- Fonseca, E. 2017. Cultivo Hidropónico Arándano. En 2º Diplomado Internacional en el Cultivo de Berries. INTAGRI. México.
- Hirzel, C. J. F. 2018. Fertilización del Cultivo de Arándano en Chile. Serie Frutillas. Núm. 23. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 9 p.
- Hirzel, C. J. F. 2017. Curso Manejo de la Fertirrigación del Cultivo de Arándano. INTAGRI. México.
- Hirzel, C. J. F. 2013. Fertilización en Arándano. En: Undurraga, P. y Vargas, S. (eds). Manual de Arándano. Boletín INIA Nº263. INIA, Centro Regional de Investigación Quilamapu. Chillán, Chile. 120 p.
- Martín, A. M. 2017. Manejo del Riego en los Cultivos de Arándano, Frambuesa y Zarzamora. En 2º Diplomado Internacional en el Cultivo de Berries. INTAGRI. México.
- Retamales, J. B. y Hancock, J. F. 2012. Blueberries. Crop Production Science in Horticulture Nº 21. CAB International. Reino Unido. 323 p.
- Vidal, P. I. 2017. Manejo Práctico de la Fertirrigación en Berries. En 2º Diplomado Internacional en el Cultivo de Berries. INTAGRI. México.
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