Octubre de 2018
Autor: Equipo Editorial INTAGRI
El gusano barrenador o broca del fruto de la piña, también conocido como thecla, es un lepidóptero de la familia Lycaenidae. Es una plaga del cultivo de piña que afecta la forma de los frutos y genera galerías en su interior. El nivel de daño dependerá de su población y las condiciones ambientales de cada región, así como de la variedad establecida. El nombre científico de la plaga varía entre países; no obstante se ha establecido que son sinónimos Strymon basilides, Thecla basalides, Thecla basilides, Strymon megarus, Polyommatus megarus, Tmolus basilides, Thecla tigonia, Strymon amphyporphyra, Strymon rotundum, Strymon gallardi.
Descripción
Adulto. Es una mariposa de entre 2 y 3.5 cm de envergadura. El aspecto dorsal de sus alas anteriores y posteriores es de color gris-azulado con bordes blancos o gris claro. En sus alas anteriores llega a presentar dos manchas más oscuras y en las alas posteriores presenta dos puntos anaranjados con negro en los extremos inferiores, con dos pares de apéndices filamentosos. En su parte ventral el cuerpo es de color blanco, mientras que las alas son de color cremoso o gris claro con una serie de manchas rojizas paralelas cerca al borde de las alas.
Huevo. Es elíptico de color blanco verdoso, finamente reticulado y ligeramente comprimido en su base y en la parte superior. En la parte superior cuenta con una depresión que se torna rojiza poco antes de la eclosión y de color negro cuando ha sucedido. Suele tener menos de 1 mm de diámetro.
Larva. Tiene una cabeza pequeña y retráctil con el cuello largo. Su cuerpo es levemente aplanado, dorsalmente comprimido y rugoso de forma onisciforme. Está cubierta por setas de color blanco o pardo, las cuales son una especie de vellosidad que le da una apariencia áspera. Es de color blanco cremoso al emerger del huevo. Al completar su desarrollo dentro del fruto en formación emerge con un aspecto rugoso de coloración rosada o rojo opaco, con dos bandas dorso-abdominales de color rosado más intenso. Algunos autores reportan otras coloraciones de la larva (amarillenta, verduzca, rojiza, naranja), según la parte de la que se alimente.
Pupa. Tiene una forma obtecta, característica de los lepidópteros. Recién formada es de color blanco cremoso con manchas oscuras en el dorso de los tres primeros segmentos abdominales. Después de 3 a 4 horas toma una coloración parduzca clara y poco antes de emerger este color pardo se oscurece más. El cuerpo está cubierto por pequeñas setas blancas.
Ciclo de vida
Figura1. Adulto del barrenador del fruto. A) Vista dorsal; B) Vista ventral. Fuente: Daniel H. Janzen y W. Hallwachs. |
El ciclo de vida desde huevo hasta que emerge como adulto dura aproximadamente de 24 a 32 días, dependiendo de la temperatura.
Huevo. Una vez depositados los huevos, estos eclosionan al cabo de 3 a 5 días.
Larva. De forma general tiene 4 estadios larvales, aunque algunos reportan hasta 5 estadios. Al emerger del huevo, penetra la inflorescencia hasta el eje frutal, donde completa su desarrollo. En su primer estadio mide cerca de 2 mm, pero después de 7 a 12 días, e incluso hasta 18 o 20 días, ya que ha pasado por todos sus estadios llega a tener una longitud de 16 a 20 mm.
Pupa. Esta etapa tiene una duración de entre 7 a 12 días. La larva poco antes de pasar a la etapa de pupa cesa su alimentación para entrar a un período de quietud (prepupa), empupando en 24 horas. Tiene unas dimensiones aproximadas de 12 mm de longitud y 5 mm de ancho.
Adulto. Se reporta que esta etapa dura entre 5 a 7 días.
Hábitos y daños al cultivo
Adultos. El estado adulto de esta plaga es de hábito diurno sobrevolando sin ninguna dirección específica, con mayor actividad en las primeras horas de la mañana y al final del día. Normalmente se encuentran cerca de zonas boscosas y donde existen malezas, principalmente heliconias y bromeliáceas, alimentándose del néctar de las flores. Asimismo, son atraídos por las flores de la planta de piña que aparecen aproximadamente entre la semana 7 (45 a 50 días) y 13 (90 a 100 días) después de la inducción floral y tiene cierta preferencia por las flores recién formadas. Recientemente se ha indicado que es capaz de atacar después de la etapa de pétalo seco y afectar el desarrollo del bulbillo (esqueje o hijo basal). Las hembras colocan los huevos en la base de las brácteas florales, poco después de la apertura de la primera flor individual; sin embargo, también pueden hacerlo en las flores abiertas, coronas y hojas que salen de la base de los frutos con 15 a 22 días de emergencia.
Figura 2. Etapas de desarrollo y ciclo de vida del barrenador del fruto de piña. Fuente: Intagri, 2018. |
Larvas. Al emerger penetran por la base carnosa de la bráctea, devoran las piezas florales y se introducen en el eje floral a través del canal estilar, produciendo cavidades o galerías internas en el fruto tierno y provocando su deformación, así como el rechazo en el empaque de la fruta afectada. Se llega a observar en los frutos afectados una exudación gomosa y pegajosa de color blanquecino y ámbar, misma que se endurece en contacto con el aire y se oscurece más, este fenómeno se conoce como “gomosis”. Los orificios que elabora la larva al emerger una vez concluido su desarrollo, pueden servir de entrada para bacterias u hongos como Fusarium moniliforme y Penicillum foniculosum, hongos que podrían ser diseminados por los adultos. A menudo puede encontrarse más de una larva por fruto.
Pupa. En su último instar la larva regresa a la superficie del fruto para empupar en las hojas de los retoños situados bajo el fruto, o bien en el envés de las hojas de la base de las plantas o en el suelo.
Las pérdidas que ocasiona en el cultivo de piña suelen oscilar entre 5 y 10 %; no obstante, este porcentaje llega a niveles por encima del 50 % sino se aplican medidas de control, aunque en algunos casos pueden llegar a poco más del 90 %, dependiendo de la variedad y condiciones ambientales. Se ha observado que el ataque de este lepidóptero se ve favorecido por condiciones secas. Aunque su ataque suele ocurrir durante la floración y formación del fruto, este barrenador puede atacar a los esquejes basales y raramente actúan como minador de la hoja. Su dispersión es rápida debido a la disponibilidad de alimento durante todo el año y al libre movimiento del adulto.
Control
Monitoreo. Después de la inducción floral deben colocarse bolsas de color rojo, mismas que simulan el color de la flor, pero impregnadas con sustancias atrayentes adhesivas. Deben ubicarse principalmente alrededor de zonas cercanas a bosques o terrenos sin cultivos para atrapar a los adultos. El monitoreo debe ser más intenso entre la semana 7 y 13 después de la inducción floral, pues representa el período crítico de la plaga.
Cultural. Al momento de establecer la plantación debe respetarse una franja sin cultivo de 12 hasta 15 metros alrededor de las zonas con bosque o terrenos sin cultivar. Se recomienda eliminar alrededor de la plantación plantas hospederas, especialmente bromeliáceas, heliconias, musáceas y parásitas. Asimismo, deben eliminarse restos de cosechas anteriores y frutos dañados por las larvas. En algunos casos, se ha empleado con éxito el uniformizar la siembra al inicio de la precipitación para que la floración de la primera cosecha se logre en época lluviosa, época en la que no incide la plaga.
Figura 3. Fruto de piña con daños por la larva del barrenador. Fuente: Inclán et al., 2008. |
Biológico. El uso de Bacillus thuringiensis (Bt), sobre todo la cepa kurstaki, ha dado buenos resultados en el control de larvas, por lo que es el producto más utilizado en piña. El Bt al actuar por ingestión, debe emplearse de manera preventiva antes de la emergencia de las larvas. La aplicación de esta bacteria debe realizarse al final del día preferentemente para garantizar un período mínimo de 12 horas sin radiación directa, utilizando agua con pH entre 5 y 6. De igual manera, el uso de coadyuvantes puede extender significativamente la vida efectiva de Bt. Se ha tenido buena respuesta con su aplicación semanal desde que inicia la floración hasta que culmina, lo que se traduce en aproximadamente entre 6 o 7 aplicaciones. Otros organismos que pueden emplearse, aunque sin la misma efectividad, son Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae. En cuanto a parasitoides que atacan a la larva del barrenador del fruto de la piña se encuentran: Heptasmicra sp., Zygosturmia heinrichi, Tetrastichus sp., mientras que Polistes rubiginosus fue señalado como depredador. Un parasitoide reportado de las pupas es Spilochalcis sp.
Químico. La aplicación de insecticida debe ser calendarizada cada 8 a 10 días a partir del inicio de la floración hasta que todas las flores se sequen por completo. Sin embargo, algunos reportes indican que una o dos aplicaciones son suficientes; la primera cuando la inflorescencia está en “cono rojo” y la segunda cuando el 50 % de las flores de la inflorescencia estén abiertas, siempre y cuando el producto haya sido lavado por las precipitaciones. El insecticida químico más utilizado para el control del barrenador es el Carbaril o Carbarilo, seguido del Diazinón, ambos alternados con insecticidas a base de Bt. Ambos productos químicos actúan por contacto. Otros insecticidas que han funcionado para controlar al barrenador del fruto de la piña son: Clorpirifos, Lambda-cialotrina, Dimetoato, Malatión, Endosulfan, Cipermetrina, Deltametrina, Terbufos, Methoxyfenozide y Spinosad. Es importante señalar que la selección y dosificación de productos químicos debe estar determinada por un técnico, ya que los productos mencionados pueden tener distintas concentraciones en su presentación comercial, así como restricciones de uso en el cultivo de piña. La aplicación de insecticidas puede realizarse con mochila, dosificador manual o aspersor de alto volumen (spray boom), siempre utilizando equipo protector. Es recomendable que la aplicación de estos productos se realice en las horas de menor temperatura (al inicio o final del día).
Cita correcta de este artículo
INTAGRI. 2018. Manejo del Barrenador del Fruto en el Cultivo de Piña. Serie Fitosanidad, Núm. 110. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 5 p.
Fuentes Consultadas
- Rodríguez, M. M. s. f. Guía de Identificación y Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades en Piña. Banacol. Costa Rica. 58 p.
- Vargas, C. E. 2011. Guía para la Identificación y Manejo Integrado de Plagas en Piña. REPCar-Fundación PROAGROIN. 29 p.
- SENASICA. 2010. Información Técnica de Fruto de Piña Fresca Mexicana para Exportación. DGSV- CNRF- Departamento de Análisis de Riesgo. México. 36 p.
- Sandoval, I. A.; Torres, E. E. 2011. Guía Técnica del Cultivo de la Piña. MAG-CENTA. San Andrés, El Salvador. 18 p.
- Inclán, D.J.; Alvarado, E.; Williams, R.N. 2007. Evaluación de Cuatro Insecticidas Naturales para el Control de Tecla, Strymon megarus (Godart) (Lepidoptera: Lycaenidae), en el Cultivo de Piña. Re. Tierra Tropical, 3 (2): 199-210 p.
- Joy, P. P., Anjana, R.; Soumya, K. K. 2016. Insect Pests of Pineapple and their Management. En Kumar, P. A.; Mall, P. (Eds.). Insect Pests Management of Fruits Crops. Biotech Books. 471-492 p.
- Arellano, G.; Vergara, C.; Bello, S. 2015. Plagas Entomológicas y Otros Artrópodos en el Cultivo de la Piña (Ananas comosus var. comosus (L.) Merr., Coppens & Leal) en Chanchamayo y Satipo, Departamento de JUNÍN, Perú. Rev. Ecología Aplicada, 14 (2): 175-189 p.
- Jiménez, M. E. 2016. Plagas de Cultivos. Universidad Nacional Agraria. Managua, Nicaragua. 235 p.
- Coto, D.; Saunders, J. L. 2004. Insectos Plagas de Cultivos Perennes con Énfasis en Frutales en América Central. CATIE. Turrialba, Costa Rica. 420 p.
Aún no hay comentarios sobre el artículo