Autor: Javier Z. Castellanos
La actual crisis de los fertilizantes tiene de cabeza a la agricultura en el mundo entero. Es una situación grave que se debe enfrentar de la mejor manera para que este problema impacte lo menos posible en la producción agrícola y evitar una escasez de alimentos en el futuro.
¿Por qué se incrementó el costo de los fertilizantes?
Las causas son muy claras y algunas de ellas están siendo originadas por la propia pandemia. En primer lugar, se puede mencionar el aumento en los precios de las materias primas (como el azufre) que se usan en la producción de fertilizantes. También se ha generado un fuerte incremento en los costos de energía (concretamente en gas natural), que ha conducido a ciertas empresas a optar por no producir; porque se generarían sobrecostos en la producción que las dejaría completamente fuera del mercado. Otro problema son los fletes, los cuales se han encarecido por la sobredemanda de Oriente. De la misma manera, existe un caos tremendo en cuanto a logística y disponibilidad de contenedores, utilizados para el traslado de los fertilizantes; lo cual ha abonado para que el costo de los fertilizantes se incremente.
Por último, otra de las razones es el agotamiento de inventarios debido a la inusual demanda del producto en EE.UU. La razón de esto es porque se sembraron 4,000,000 hectáreas más de maíz en EE. UU. porque se proyectaron buenos precios a futuro y el gobierno de ese país optó por abastecer a sus agricultores, y solamente si sobraba fertilizante podrían vender. El gobierno de Rusia realizó una acción similar a la de EE.UU., en cuanto a la urea se refiere, pues retuvo sus inventarios y evito su exportación hasta que se cubriera la demanda interna. Como resultado de estas acciones se ha desencadenado un desabasto y escasez de fertilizantes en el mercado global, que ha generado un gran incremento en sus costos.
Precios de los fertilizantes
Figura 1. Los problemas de disponibilidad de contenedores para el transporte de mercancías ha afectado el costo de los fertilizantes. Foto: Javier Castellanos |
Los precios de los fertilizantes han presentado fuertes cambios en sus costos. Desde diciembre del año 2020 al 21 de febrero de 2022 el aumento en el costo por kilogramo (kg) de nitrógeno, fósforo y potasio, provenientes de la urea, MAP (fosfato monoamónico) y KCl (cloruro de potasio), fue de aproximadamente un dólar ($20.48 pesos). Estos tres fertilizantes (granulados) son los más utilizados para aplicar al suelo en cultivos extensivos. Los fertilizantes grado fertirriego o solubles realmente son más caros.
El indicador de Green Markets que nos indica el costo de la tonelada métrica de fertilizante, considerando todas las fuentes de fertilizantes (sólidos, solubles, etc.), reporta para el 15 de abril de 2022 un índice de $1,159 USD por tonelada métrica. El último precedente sobre un incremento de esta magnitud fue en el año 2008, con la crisis del petróleo y donde los fertilizantes llegaron a valer poco más de $1,000 USD dólares la tonelada métrica. Lo preocupante sobre la situación actual es que no se ve un momento en el que el costo se estabilice, pues mantiene una tendencia a la alza.
El suelo: Un banco de nutrimentos
Ante el escenario actual, debemos mirar hacia el suelo, nuestro banco de nutrimentos. El fósforo, potasio y calcio tiene una muy baja movilidad en el suelo; por lo que se pueden almacenar en el suelo. Respecto al nitrógeno, el nitrato se mueve rápidamente en el suelo; mientras que el amonio lo hace lentamente, ya que es retenido por las cargas negativas de las arcillas. Sin embargo, después de 3 o 4 semanas, el amonio se convierte en nitrato por acción de las bacterias nitrificantes (Nitrosomonas spp. y Nitrobacter spp.). Considerando la dinámica que tienen los nutrimentos en el suelo, se realizó un estudio para conocer la fertilidad de los suelos en México. Para ello, se tomaron los datos de 50,000 muestras de suelo realizadas entre 2019 y 2021 por Fertilab® y se establecieron niveles para clasificar el contenido de nutrimentos en los suelos.
Nitrógeno. Solo el 14% de las muestras analizadas tienen más de 50 ppm (partes por millón) de nitrógeno en forma de nitrato (N-NO3), que podrían considerarse niveles altos y muy altos (Figura 2). En cambio, los suelos pobres en N-NO3 fueron alrededor del 28%, es decir, tienen contenidos por debajo de las 10 ppm. Asimismo, al transformar los resultados de las muestras a kilogramos por hectárea (Figura 3), se obtuvo que el 16% de los suelos son ricos en N-NO3, es decir, tienen más de 150 kg de nitrógeno disponible. Debe aclararse que, el nitrógeno es el único nutrimento que puede expresarse en kilogramos por hectárea. Como se puede apreciar, existe una gran variabilidad en el contenido de nitrógeno en los suelos, por ello no se puede fertilizar un suelo con el mismo fertilizante en todos los casos, se debe fertilizar de acuerdo a lo que el suelo está necesitando; por lo que el análisis de suelo es absolutamente fundamental.
Figura 2. Contenido de N-NO3 (ppm) disponible en los suelos de México. Fuente: FERTILAB. |
Figura 3. Contenido de N-NO3 (kg/ha) disponible en los suelos de México. Fuente: FERTILAB. |
Fósforo. De las 50,000 muestras analizadas se encontró que el 49% de los suelos tienen más de 30 ppm de fósforo (P-Bray 1) y 23% de estos suelos incluso tienen más de 60 ppm de fósforo. Este tipo de suelos ricos en fósforo incluso pueden prescindir de fertilización por un ciclo o dos sin ver mermada su producción. No obstante, también hay un 38% de las muestras que reflejan una pobreza en este nutrimento, por lo que se perderá rendimiento (Figura 4). En el análisis de 150,000 muestras de suelos de Fertilab® desde 2009 a 2021 se encontró que se ha incrementado el fósforo en el suelo porque los productores han aplicado este nutrimento en exceso, enriqueciendo el suelo (Figura 5).
Figura 4. Contenido de fósforo Bray (ppm) disponible en los suelos de México. Fuente: FERTILAB. |
Figura 5. Promedio anual de contenido de fósforo Bray (ppm) disponible en los suelos de México. Fuente: FERTILAB. |
El nivel crítico de fósforo depende del método de análisis, en México están autorizados dos métodos: el método Bray-1 y Olsen. En el primer método el nivel crítico es de 30 ppm y se recomienda para suelos no calcáreos, mientras que en Olsen el nivel crítico es de 20 ppm y se recomienda para suelos calcáreos. Por encima del nivel crítico no existe respuesta a la fertilización con fósforo. Sin embargo, es importante evitar no aplicar fósforo indefinidamente, pues las reservas de este nutrimento se reducen drásticamente. Es esencial realizar un análisis de suelo para saber si se requiere aplicar o no fertilizantes fosfóricos.
Potasio. El 61% los suelos analizados presenta más de 300 ppm de potasio y 23% de las muestras reportan niveles bajos de potasio, es decir, menos de 200 ppm de potasio (Figura 6). El nivel crítico del potasio en el suelo es de 300 ppm, la respuesta a la fertilización potásica es poco probable por encima de este valor. El contenido de potasio en las más de 150,000 muestras analizadas por Fertilab® entre 2009 y 2021 muestran una ligera tendencia a la baja de las reservas, aunque aún por encima del nivel crítico de 300 ppm que se maneja en México (Figura 7).
Zinc. 61% de los suelos analizados por Fertilab® requieren de zinc (Figura 8). Esta problemática del zinc es generalizada en América Latina también. Se debe considerar la aplicación de zinc en los cultivos, siempre y cuando el análisis de suelo nos indique que se encuentra de forma deficiente en el suelo. Se recomienda aplicar aproximadamente 15 kg por hectárea de zinc para evitar cualquier deficiencia en los cultivos. Algunas fuentes fertilizantes para aportar este nutrimento son sulfato de zinc o quelato de zinc EDTA.
Figura 6. Contenido de potasio (ppm) disponible en los suelos de México. Fuente: FERTILAB. |
Figura 7. Promedio anual de contenido de potasio (ppm) disponible en los suelos de México. Fuente: FERTILAB. |
Boro. De las 50,000 muestras de suelo analizadas, 67% de estas mostraron deficiencia de boro (Figura 9), esta situación se ha presentado porque muchos productores no consideran la aplicación de boro en sus cultivos. La dosis de aplicación es de entre 0.5 a 1 kg de boro por hectárea. Para suministrar boro a los cultivos se puede emplear solubor o boronato. Actualmente existe un KCl que contiene boro para facilitar la aplicación de este micronutrimento.
Figura 8. Contenido de zinc (ppm) disponible en los suelos de México. Fuente: FERTILAB. |
Figura 9. Contenido de boro (ppm) disponible en los suelos de México. Fuente: FERTILAB. |
El uso del análisis de suelo nos brinda un panorama general sobre las directrices que debemos seguir en la fertilización de los cultivos y su correcta interpretación ayudará a realizar un uso eficiente de los fertilizantes. Para aprender estrategias para el manejo de los nutrimentos del suelo, así como recomendaciones y criterios a tener en cuenta para reducir la dosis de fertilizantes en los cultivos, no te pierdas la segunda parte de este artículo “Cómo Enfrentar la Crisis de los Fertilizantes. Parte II”
Cita correcta de este artículo
INTAGRI. 2022. Cómo Enfrentar la Crisis de los Fertilizantes. Serie Nutrición Vegetal, Núm. 153. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 5 p.
Literatura consultada
- Castellanos, J. Z. 2021. ¿Cómo Enfrentar la Crisis de los Fertilizantes? Seminario INTAGRI sobre Fertilizantes. INTAGRI, México.
- Castellanos, J. Z. 2022. ¿Cómo Enfrentar la Crisis de los Fertilizantes? Conferencia: ¿Cómo Enfrentar la Crisis de los Fertilizantes? INTAGRI, México.
Aún no hay comentarios sobre el artículo