El viento y el Cambio Climático


Autor: Jesús Salvador Ruíz Carbajal

“El clima está cambiando, por qué nosotros no”

El clima es uno de los componentes ambientales más determinantes en la adaptación, distribución y productividad de los seres vivos. Esto se debe en gran medida a que no existen métodos con viabilidad económica ni tecnológica para controlar el clima y su variación a gran escala.

Hoy en día estamos conscientes de la importancia de la influencia del clima en la vida de los seres humanos y lo difícil que resulta en la mayoría de los casos pretender tener un control sobre el componente ambiental. Por ello, al emprender una actividad productiva, el clima debe valorarse bajo el contexto de recurso natural disponible y dentro de este contexto evaluar la imposición de restricciones a los sistemas productivos.

Para evaluar las disponibilidades o limitantes climáticas de una región determinada es imprescindible caracterizar en términos cuantitativos el comportamiento de los diversos elementos del clima, tales como la temperatura, precipitación pluvial, humedad relativa, evaporación, radiación solar, viento y otros más. Dicha caracterización se logra eficazmente, siempre que se dispone de datos climatológicos representativos y confiables.

 
Elementos del clima

Figura 1. Elementos del clima

Fuente: Ruíz, C.

 

¿Qué es el viento?

El viento es una corriente de aire producida en la atmósfera por causa naturales, como diferencias de presión o temperatura; llamamos viento al flujo de aire. Por lo general, el término hace referencia a los movimientos horizontales, mientras que se utiliza corrientes para hablar de los desplazamientos verticales.

El viento, es el responsable de la alternancia entre altas y bajas presiones en nuestras latitudes, está fuertemente influenciado por el calentamiento global. El viento es el motor de la meteorología y climatología. Nos brinda sol, lluvia, y en los meses de invierno, suele formar tormentas muy fuertes. No obstante, el cambio climático está provocando cambios en la climatología de todo el planeta, con consecuencias devastadoras.

Velocidad del viento

La velocidad del viento (o intensidad) del viento se expresa en kilómetros por hora (km/h) o metros por segundo (m/s). aunque también suele expresarse en nudos (kt) como unidad de medida, principalmente náutica.

La magnitud depende de qué tan intenso es el gradiente de presión entre dos áreas, es decir, que tan grande es la diferencia de presión entre las mismas. Entonces, cuando observamos un mapa de presiones, si las isobaras están muy poco separadas entre sí, se entiende que el viento será intenso. Normalmente, a nivel global, esto ocurre en altas latitudes.

Por otra parte, se debe considerar que la velocidad disminuye cuando aumenta la fricción con la superficie. Por este motivo, es normal que se registren vientos más intensos en la costa que en el interior del continente.

La escala Beaufort clasifica los vientos tanto por su intensidad como por los efectos que produce en tierra y en el mar. Como resultado, se distinguen 13 niveles que se muestran en el cuadro 1.

Efectos de viento

El viento es un agente transportador en la atmosfera, y no solo de las propiedades del aire, sino que permite el desplazamiento de las nubes y las precipitaciones.

También favorece la dispersión de contaminantes y el movimiento de partículas a gran escala. Además, hace posible la polinización de las plantas mediante el transporte de semillas.

Otro de sus efectos está ligado a su capacidad de modelar el relieve, ya que es un agente erosivo muy importante (principalmente en zonas desérticas). De igual manera, actúa como agente de sedimentación, dado que cuando pierde velocidad, deposita sobre el suelo los materiales que transporta. Un ejemplo de esto último son las dunas, que se originan gracias al desplazamiento y acumulación de arena provocado por la acción del viento.

El viento y el clima

El calentamiento desigual en la superficie terrestre permite diferencias de temperatura en distintas zonas geográficas y entre distintos puntos de la atmósfera. Esto, a su vez, implica distintos valores de presión atmosférica, lo que provoca el movimiento del aire. Entonces, se puede establecer que la energía térmica proveniente del sol se transforma en energía cinética, generando el desplazamiento de masas de aire entre diferentes regiones del planeta.

Las diferencias de presión fuerzan el movimiento del aire, que se desplaza desde las altas presiones (anticiclones) hacia las bajas presiones (ciclones), para intentar recuperar el equilibrio. Sin embargo, esta trayectoria no es directa, sino que también actúan otras fuerzas sobre el viento, siendo la de mayor importancia la fuerza de Coriolis, provocada por la rotación del planeta.

Cuadro 1. Clasificación de los vientos en la escala de Beaufort (km/h)

Fuente: Ruíz, C.

Clasificación de los vientos

Esta última se manifiesta con mayor intensidad a medida que nos alejamos del ecuador y es máxima en los polos. Provoca una desviación del viento hacia la derecha en el hemisferio norte y hacia la izquierda en el hemisferio sur. Por este motivo, en el hemisferio norte el viento gira en sentido antihorario alrededor de los sistemas de baja presión y en sentido horario alrededor de los anticiclones, mientras que en el hemisferio sur ocurre lo opuesto.

El incremento de las temperaturas en el hemisferio norte hace que el viento se desequilibre a unos diez kilómetros de altitud. La corriente de chorro polar impulsa anticiclones y borrascas por toda la Tierra. Alcanza los 500 kilómetros por hora, de oeste a este del planeta.

No obstante, en los últimos años, los meteorólogos se han percatado de que esta corriente experimenta fases de debilitamiento cada vez más frecuentes, lo cual tiene consecuencias catastróficas también en Europa. Sequías como las de 2018 o inundaciones como las del verano de 2021 serán más y más probables. Los científicos ya han constatado cambios alarmantes en el archipiélago noruego de Svalbard. El cambio climático modifica las corrientes de aire y esas corrientes alteradas aceleran el cambio climático.

Cita correcta de este artículo

Ruíz, C.2024. El Viento y el Cambio Climático. Serie Noticias, Núm. 62. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 4p.

Literatura consultada:

  • Ruiz C. J: A.; Diaz P.G.; Guzmán R.S.D.; Medina G.G.; Silva S.M.M. 2006. Estadísticas climatológicas básicas del estado de Baja California. Centro de Investigaciones del Noroeste. Libro técnico No. 1. INIFAP. México.
  • FAO

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