Autor: Equipo Editorial INTAGRI
El objetivo principal para cualquier productor de tomate bajo invernadero es el de maximizar la productividad y longevidad de sus plantas para producir altos rendimientos por el mayor tiempo posible. Una planta de tomate bien manejada puede producir frutos hasta por más de nueve meses, pero para maximizar la productividad y longevidad se debe tener un cuidadoso balance entre el crecimiento vegetativo y generativo durante todo el ciclo de cultivo. Para lograr el balance del cultivo se requiere el monitoreo constante del crecimiento de la planta, observando el desarrollo de tallos, hojas, flores y frutos.
Plantas con crecimiento vegetativo
Las plantas que gastan la mayor parte de su energía en el crecimiento de sus hojas y tallos son llamadas vegetativas. Las plantas con crecimiento vegetativo no logran producir suficientes frutos para lograr una alta producción. Estas plantas tienen hojas grandes, gruesas y de color verde oscuro, tallos gruesos, entrenudos largos, cabezas fuertes, poca producción de frutos, desarrollo lento de los frutos, racimos largos, delgados y doblados hacia arriba, flores de color amarillo claro, abren pobremente y se forman lejos de la cabeza, con sépalos que no se separan. Al establecer el cultivo de tomate se pone énfasis en el crecimiento vegetativo de la planta para que se establezca con hojas y tallos relativamente grandes y gruesos. Este crecimiento es importante al inicio del cultivo para establecer la suficiente superficie fotosintética para que la planta produzca azucares, que posteriormente serán utilizados en la producción de frutos. Una vez que la planta cuenta con suficiente superficie foliar es momento de cambiar a la planta hacia un estado de crecimiento más generativo.
Plantas con crecimiento generativo
Las plantas que gastan más energía en el crecimiento de los frutos son llamadas generativas. Plantas con demasiado crecimiento generativo tendrán una pobre producción de frutos por no contar con la suficiente superficie foliar que produzca los azucares que requieren los frutos para su crecimiento.
Figura 1. Identificación de plantas con crecimiento vegetativo vs plantas con crecimiento generativo. Foto: Blok et al., 2019. |
Este tipo de plantas tienen hojas pequeñas, abiertas y de color verde claro, tallos delgados, entrenudos cortos, cabezas débiles, intensa floración, flores pequeñas de color amarillo oscuro que se forman cerca de la cabeza y abren rápida y uniformemente dentro de los racimos, racimos cortos y gruesos, desarrollo rápido de los frutos y posiblemente una gran carga de frutos. En este tipo de crecimiento, los azucares formados por la planta son transferidos a la flor para la posterior formación del fruto. De esta forma la planta es capaz de producir más frutos y de mayor tamaño.
Balance del crecimiento vegetativo y el crecimiento generativo
El balance entre el crecimiento vegetativo y generativo es importante para que ninguno domine totalmente sobre el otro. Este balance permite una cosecha continua de frutos, manteniendo un buen crecimiento de los frutos y un crecimiento vegetativo constante. Cuando las plantas de tomate comienzan a formar frutos, se busca que la planta sea capaz de hacer un crecimiento más generativo o más vegetativo, dependiendo de la velocidad de crecimiento. El direccionamiento entre un tipo de crecimiento y otro puede llevarse a cabo cambiando ciertos factores ambientales, nutricionales e hídricos. No obstante, al momento de realizar algún cambio se deberá hacer solamente con uno o dos factores a la vez y esperar a evaluar los resultados deseados. Si los cambios no dan la respuesta esperada, se deberá seguir ajustando el manejo. Dirigir al cultivo hacia un crecimiento generativo promueve que la planta asigne su energía en la producción de frutos, mientras que para dirigirla hacia un crecimiento vegetativo deberá la planta dedicar su energía en la producción de biomasa no fructífera, como tallos y hojas. La cantidad de energía para dirigir a la planta hacia un crecimiento generativo es mayor que la requerida para un desarrollo vegetativo. Cuando las condiciones empujan a las plantas en una dirección, el productor debe dirigirlas en la dirección opuesta para mantenerlas en balance. La mejor indicación del balance de la planta es el grosor de la cabeza de la planta y no la carga de frutos.
Direccionamiento del crecimiento
Dirigir el cultivo de tomate hacia un crecimiento generativo podría parecer más ventajoso para producir altos rendimientos, aunque en realidad el cultivo se quedaría sin energía rápidamente sin un balance adecuado de crecimiento vegetativo que le proporcione al cultivo la oportunidad de recargar energía para sostener el crecimiento y productividad durante todo el ciclo. Dirigir demasiado al cultivo de tomate hacia un crecimiento generativo hará que las plantas sean más pequeñas y susceptibles a roturas, enfermedades y estrés. Por el contrario, dirigir al cultivo hacia un crecimiento vegetativo generará que las plantas crezcan en exceso y que gran parte de su energía se dirija a las ramas laterales improductivas y a las hojas en lugar de la fruta. Para evitar desbalances entre un crecimiento generativo y vegetativo es crucial observar cuidadosamente el crecimiento del cultivo y ajustarlo cuando sea necesario. El productor o técnico deberá familiarizarse con las características vegetativas o generativas de las plantas y modificar el ambiente, nutrición, riego y manejo para obtener los resultados deseados.
Existen muchas guías y recursos que brindan recomendaciones detalladas sobre cuando y como dirigir un cultivo exactamente. Sin embargo, en términos simples se debe dar estrés al cultivo para dirigirlo a un crecimiento generativo y eliminar dicho estrés lo conducirá hacia un crecimiento vegetativo. Por ejemplo, para pasar de un crecimiento vegetativo a uno generativo, el productor podría aumentar la temperatura promedio de 24 horas, aumentar el tiempo entre cada riego, aumentar la C.E. del riego, incrementar la diferencia entre las temperaturas del día y la noche o incrementar la tasa de enfriamiento entre el día y la noche. Cada uno de estos cambios provocarán un estrés en la planta y por lo tanto la planta destinará más energía para la producción de frutos.
La poda de flores, frutos, hojas y brotes axilares también podría considerarse una forma de dirigir el cultivo hacia un crecimiento generativo, ya que reduce la energía total que se destina a la biomasa no relacionada con el rendimiento. Otra práctica común para direccionar el cultivo es el ajuste en el programa de nutrición. Al principio se utiliza menos nitrógeno para conducir al cultivo de tomate hacia un crecimiento generativo, pero a medida que las plantas comienzan a fructificar la concentración de nitrógeno aumenta, al igual que el calcio y el potasio, para satisfacer las mayores demandas de nutrimentos de las plantas.
Cuadro 2. Parámetros para cambiar la tendencia de crecimiento en plantas de tomate. Fuente: Resh, 2013 y Blok et al., 2019. |
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Parámetro |
Tendencia vegetativa |
Tendencia generativa |
Riego: Duración y frecuencia |
Más cortos y más frecuentes |
Más largos y menos frecuentes |
Inicio de riego |
Más pronto |
Más tarde |
Fin de riego |
Más tarde |
Más pronto |
Lixiviación |
Más lixiviación, C.E. disminuye |
Menos lixiviación, C.E. sube |
C.E. en el sustrato |
Baja |
Alta |
C.E. del riego (2.5 a 4 dS/m) |
Más baja |
Más alta |
Contenido de agua en sustrato |
Más alto |
Más bajo |
Déficit de humedad |
Más bajo |
Más alto |
Temperatura (T°) |
Temperaturas templadas |
Temperaturas cálidas o bajas |
Diferencia de T° día/noche |
Menor |
Mayor |
Velocidad: Cambio de T° día/noche |
Lento |
Rápido |
T° de raíz con respecto a la cabeza |
Mayor |
Menor |
Humedad relativa |
Alta |
Baja |
CO2 (350 a 1000 ppm) |
Menos |
Más |
Nutrición |
Altos contenidos Ca, NO3 y NH4 |
Altos contenidos K y SO4 |
Poda de hojas jóvenes |
No realizar |
Realizar |
Poda de racimos |
Más (4 frutos) |
Menos (5 a 6 frutos) |
Descarga (cosecha de frutos) |
Realizar |
No realizar |
Los productores y técnicos normalmente se centran por completo en el crecimiento vegetativo hasta los primeros frutos o hasta que la cosecha tenga un cierto tamaño, después de este punto buscan maximizar el crecimiento generativo y, por lo tanto, los rendimientos; sin embargo, será necesario reconducir el cultivo hacia la etapa vegetativa si el cultivo comienza a mostrar deficiencias de nutrientes, crecimiento lento de la planta, producción reducida de frutos, frutos más pequeños o si el productor o técnico decide aumentar la densidad del cultivo, lo cual es un gran estrés para el planta. En general, una vez que se determina que el cultivo está listo para ser direccionado, es importante hacer cambios graduales para ver cómo reacciona el cultivo, luego continuar o dirigirlo en la otra dirección si es necesario. Cuanto más se incline el cultivo en una dirección, más difícil será volver al equilibrio.
El direccionamiento del cultivo de tomate es un proceso delicado que requiere que el productor o técnico vigile muy de cerca el crecimiento de las plantas en todo momento. Cuanto mejor comprenda su cultivo de tomate, mejor podrá controlar su crecimiento. Si bien este nivel de atención requiere tiempo y esfuerzo, los resultados pueden tener un gran impacto en los rendimientos y la longevidad de la cosecha de tomate.
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Cita correcta de este artículo
INTAGRI. 2022. Crecimiento Vegetativo y Crecimiento Generativo en Tomate. Serie Horticultura Protegida, Núm. 46. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 4 p.
Literatura consultada
- Resh, H. M. 2013. Hydroponic Food Production: A Definitive Guidebook for the Advanced Home Gardener and the Commercial Hydroponic Grower. Florida: CRC Press. 511 p.
- Chaudhary, G. N.; Mirza, M. 2012. Greenhouse Pepper Production Economics. En Russo, V. M (ed.). Peppers: Botany, Production and Uses. CABI. Londres, Reino Unido. 255-269 p.
- Gagne, C.; Kovach, D.; Mattson, N. S. 2021. Learn the Basics of Greenhouse Tomato Crop Steering. GREENHOUSE GROWER.
- Nederhoff, E., & Houter, B. 2009. Plant Management: For Generative or Vegetative Steering. Practical Hydroponics & Greenhouses. 51-54 p.
- Blok, C.; Brunsting, M.; Van Os, E.; Alamayreh, D.; Hasan, A. 2019. Plant Data: Generative & Vegetative Growth. Jordan Hydroponic Agriculture and Employment Development Project: Experiences 2018 – 2019. N° 6. 2 p.
- Muñoz, R. J. J. 2009. Manejo del Cultivo de Tomate en Invernadero. En Castellanos, J. Z. (Ed), Manual de Producción de Tomate en Invernadero. INTAGRI. Celaya, México. 45-92 p.
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