Junio de 2019
Autor: Equipo Editorial INTAGRI
Los parásitos protozoarios Babesia bigemina, Babesia bovis y rickettsia Anaplasma marginale, son organismos transmitidos en el continente americano, principalmente por la garrapata común del ganado Rhipicephalus (Boophilus) microplus.
Estos organismos que se multiplican en la sangre, también se conocen como hemoparásitos, destruyen los glóbulos rojos, clínicamente se expresan en su forma aguda por fiebre y anemia; los animales presentan un bajo consumo de alimento, una pérdida de peso y riesgo de muerte, disminuye la producción de leche, etc. La babesiosis y anaplasmosis bovinas son enfermedades que afectan sobre todo a los vacunos.
El aspecto patogénico más importante de los agentes causantes de la anaplasmosis y babesiosis, es la marcada anemia que desencadena altos porcentajes de mortalidad en hatos de bovinos no inmunes. De este modo, cuando se presentan casos de enfermedad clínica aguda, el diagnóstico de laboratorio y la asesoría de un Médico Veterinario son indispensables para tomar medidas de control.
Figura 1. Eritrocitos infectados con Anaplasma Marginale con colorante de Giemsa. ( Rodríguez 2003) |
Anaplasmosis Bovina
Uno de los obstáculos más importantes para la ganadería en América Latina es la Anaplasmosis bovina, causada por Anaplasma marginale, conocida también como mal de la vaca amarilla, mal del cuerno, tristeza o ranilla; es una enfermedad común en las zonas tropicales y subtropicales causando graves daños debido a las pérdidas de producción de leche y carne, a los altos costos de tratamiento y en muchos casos la muerte de los animales enfermos.
Generalmente se presenta entre 28 a 45 días o hasta varios meses después de la fecha de introducción de los bovinos a potreros infestados con garrapatas o insectos hematófagos que son los principales vectores de transmisión. Esta, también se da por el contacto con agujas, navajas o instrumentos contaminados con sangre de animales enfermos utilizados en prácticas zootécnicas.
La gravedad de esta enfermedad depende en gran manera de factores como la edad del animal. Los animales jóvenes con menos de 12 meses de edad padecen infecciones leves con baja mortalidad, mientras que en animales mayores de 2 años la mortalidad varía de un 20% al 50%.
En los animales se observa inapetencia, depresión, debilidad, elevada temperatura corporal, rápida caída de la producción láctea en vacas en lactación, mientras que en bovinos de carne la enfermedad no logra detectarse hasta que el animal afectado está extremadamente débil, con anemia marcada, ictericia, trastornos digestivos, deshidratación y abortos. En ovejas y cabras normalmente no es grave, causando solo una anaplasmosis leve.
Toma de muestra y diagnóstico
Debido a que los síntomas comunes de estas enfermedades se observan también en otras enfermedades, es indispensable obtener un diagnóstico clínico y resultados de análisis de laboratorio.
En un animal enfermo deben obtenerse muestras de sangre periférica para frotis, haciendo punción de la punta de la oreja o cola y de sangre con anticoagulantes para determinar hematocrito.
De un animal muerto deben obtenerse frotis de sangre periférica y muestras de cerebro, bazo, riñón y músculo cardíaco.
Se observan síntomas como, hipertermia mayor a 40.9 °C, hemoglobinuria o síntomas nerviosos cerebrales, moderada anemia. Al examen microscópico del frotis sanguíneo deben observarse eritrocitos parasitados por Babesia bigemina en un número mayor del 2 % de los glóbulos parasitados o más del 0.5 % de los glóbulos parasitados por Babesia bovis. La presencia de muy pocos glóbulos parasitados es indicador de que el animal es únicamente portador de Babesia.
Transmisión
La transmisión por insectos hematófagos se realiza en forma mecánica, mediante la transferencia de glóbulos rojos infectados a un animal susceptible, sucede de manera inmediata mientras permanece fresca la sangre en el aparato bucal.
Como hospedadores transmisores de contagio pueden actuar asimismo insectos hematófagos, como mosquitos, moscas picadoras. Se han confirmado siete clases de tábanos capaces de transmitir el anaplasma: Tabanus sulciforme, venustus, equalis, erythraes, americanus, oklahomensis y avactor).
La transmisión por agujas contaminadas con sangre de animales enfermos o portadores adquiere relevancia en áreas endémicas donde la práctica de la vacunación o desparasitación se efectúa sin tomar precaución de la desinfección del material. También se ha registrado la transmisión trasplacentaria.
Prevención
Debido a que la erradicación de enfermedad en las áreas atacadas no parece posible, es sumamente importante tomar medidas que reduzcan la transferencia de sangre infectada entre animales portadores y susceptibles para reducir la diseminación de la enfermedad.
Es importante que el material desechable como jeringas, agujas o guantes se utilice solo una vez por animal y es necesario desinfectar todos los utensilios o herramientas que puedan contaminarse con sangre.
La vacunación activa preventiva de los bovinos se realiza en los territorios con la enfermedad enzoótica para reducir las pérdidas económicas. A tal fin se emplean vacunas vivas y muertas. Las últimas no previenen la infección natural por A. marginale pero atenúa el curso clínico de la enfermedad. Se requieren dos dosis iniciales con 6 semanas de intervalo y un refuerzo anual. El uso de A. marginale para la prevención, permite obtener buenos niveles de protección, sin embargo, siempre existe el riesgo de ocurrencia de severas reacciones aun en animales jóvenes, por lo que debe restringirse su uso en terneros menores de un año.
Las vacunas vivas atenuadas contra babesiosis y anaplasmosis confieren un nivel de inmunidad adecuado, su elaboración es sencilla y son obtenidas de terneros con alta parasitemia, ofrecen reducida virulencia, dosis estandarizada y sanidad controlada.
Babesiosis Bovina
La babesiosis es una enfermedad producida por cuatro especies de Babesia y cuya principal sintomatología clínica consiste en fiebre, anemia, hemoglobinuria e ictericia. La infección produce un síndrome que puede tener un curso benigno con recuperación espontánea o bien, progresar a una segunda fase y producir una condición debilitante que finaliza con la muerte del animal, sobre todo en infecciones con B. bovis. El factor primario en los casos fatales se ha relacionado con la magnitud del cuadro anémico y la consecuente anoxia.
Es una enfermedad que depende de muchos factores y es transmitida por garrapatas. El plazo de incubación es de 8 a 15 días. El curso puede ser sobreagudo, agudo o también crónico. La morbilidad puede llegar a ser del 40%, y en los brotes graves, incluso del 90%.
En los climas tropicales y subtropicales constituye una amenaza evidente de la producción bovina, está determinada, entre otros factores, por la edad y raza de los animales, el ambiente y la fluctuación estacional de la población de garrapatas del género Boophilus en una región, quienes transmiten un protozoo intraeritrocitario, el género Babesia, del cual se conocen dos especies, B. bovis y B. bigemina, siendo la primera la que produce infecciones más severas.
Toma de Muestra Diagnóstico
Es importante prestar atención a los síntomas como: ictericia, hemoglobinuria, fiebre, palidez de las mucosas. Se requiere de análisis de laboratorio para su confirmación, mediante el aumento de las de enzimas séricas y bilirrubina en lesiones como: congestión hemorragias, edemas, etc.
El diagnóstico directo puede realizarse in vivo o postmortem, realizando un examen hematológico en capa fina de sangre después de teñir por el Giemsa pudiendo observarse los parásitos en el interior de los glóbulos rojos, para la identificación indirecta del parásito sirven las reacciones de aglutinación y el test de precipitación.
Figura 2. Formas parasitarias de Babesia bigemina observadas en frotis sanguíneos. Trofozoito anular; trofozoito piriforme doble. |
Debido a que los síntomas pueden ser comunes en otras enfermedades que afectan a los bovinos es indispensable obtener un diagnóstico clínico y resultados de análisis de laboratorio.
En un animal enfermo deben obtenerse muestras de sangre periférica para frotis, haciendo punción de la punta de la oreja o cola y de sangre con anticoagulantes para determinar hematocrito.
De un animal muerto deben obtenerse frotis de sangre periférica y muestras de cerebro, bazo, riñón y músculo cardíaco. En los frotis deben observarse más del 5 % de eritrocitos infectados con Anaplasma marginale.
Se debe obtener sangre de los bovinos de alrededor de 7 meses de edad para el análisis de anticuerpos.
Se considera que existe riesgo de ocurrencia de brotes de babesiosis y anaplasmosis de importancia económica cuando el porcentaje de reactores positivos es inferior al 75% del grupo analizado.
Transmisión
La infección del bovino con B. bovis se produce a los 2-3 días después de la picadura de Boophilus microplus. Después de ingresar al eritrocito, única célula que parásita en el bovino, la babesia se multiplica y origina dos células que permanecen dentro del eritrocito.
Prevención
Las medidas antiepizoóticas que se deben tomar en consideración son: el agente causal, persistencia del vector en la población, fluctuaciones estacionales en la población de garrapatas, ya que todos estos factores afectan la tasa de infección de larvas.
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Cita correcta de este artículo
INTAGRI. 2019. Babesiosis y Anaplasmosis en Bovinos. Serie Ganadería, Núm. 31. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 4 p.
Fuentes Consultadas
Rodríguez C. S. D.; Amaro, E. I;. García, O. M.; Preciado, T. F.; Rojas, R. E.; Alpírez, M. F.; Hernández, O. R.; Vega, C.A.; Murguía, R. 2016. Transmisión de la anaplasmosis bovina. SAGARPA, INIFAP.
Rodríguez C. S. D.; García, O. M.; Aboytes, T. R.; Cantó, A. J.; Barigye R. 2003. Inmunología e inmunoprofilaxis de la anaplasmosis bovina. Ciencia Veterinaria: 123- 164.
Benavides, O.B.; Jaime Romero, P.J.; Villamil, J. L. 2016. Las garrapatas del ganado bovino y los agentes de enfermedad que transmiten en escenarios epidemiológicos de cambio climático. Universidad de La Salle, Instituto Interamericano de Cooperación para la Agricultura (IICA).
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