Figura 1. La nutrición vegetal es una herramienta primordial para la prevención de ataques por fitopatógenos. Foto: Rodríguez Neave |
A lo largo de su evolución las plantas han desarrollado distintos mecanismos de defensa para resistir los ataques de diferentes patógenos, los cuales consisten en reconocer al organismo que las ataca y activar variadas estrategias, tanto en el sitio de la infección como en otros tejidos mediante vías sistémicas, permitiéndole prepararse para futuros ataques de otros patógenos. Los mecanismos de defensa consumen energía, es por ello que el estado nutricional de la planta juega un papel fundamental en la resistencia de las plantas a los patógenos.
Nitrógeno
Contenidos elevados de nitrógeno generan mayor resistencia a patógenos facultativos o necrotróficos en tejidos vegetales, aunque provocan una mayor susceptibilidad a patógenos obligados o biotróficos. Lo anterior se explica por los hábitos de alimentación de cada uno de ellos, ya que los patógenos biotróficos se nutren de asimilados como son aminoácidos y azúcares, mientras que los necrotróficos prefieren tejidos senescentes. El exceso de nitrógeno aunado a deficiencia de azufre reduce el contenido de azúcares reductores y la síntesis de proteínas en la planta, además aumenta el contenido de carbohidratos y aminoácidos solubles en las hojas, promoviendo un medio para que prosperen hongos, bacterias e insectos.
Fósforo
El fósforo estimula el crecimiento y el desarrollo temprano de la raíz, acelerando con ello la maduración de los cultivos; por tanto, ayuda a evitar la proliferación de enfermedades en la planta, especialmente enfermedades de raíz y semillas en cultivos como maíz, trigo y cebada. Algunas investigaciones en cereales han demostrado que la fertilización con fósforo puede reducir los efectos de la pudrición de raíz hasta en un 50 %.
Potasio
El potasio está directamente relacionado con la resistencia de las plantas a las enfermedades, debido a que la deficiencia de potasio provoca la acumulación de aminoácidos y azúcares solubles que son alimento para los patógenos y por lo tanto atrayentes; por ejemplo, el contenido de glutamina es alto en las plantas deficientes de potasio, lo cual favorece la germinación de las esporas, como el caso de Pyricularia en el arroz. Otro efecto que acarrea su deficiencia tiene que ver con el retraso en la cicatrización de las heridas y la pérdida de turgencia celular, facilitando la penetración de los patógenos.
Figura 2. Efecto de la concentración de nutrientes sobre el crecimiento y el grado de bacteriosis en las plantas. Foto: Marschner, 1995. |
Un estudio realizado en trigo demostró que las aplicaciones de cloruro de potasio (KCl) incrementaron el rendimiento al suprimir a la mancha “Take-All” (Gaeumannomyces graminis). Por otro lado, es importante mantener también un balance en la relación potasio/calcio, ya que excesos de potasio ocasionan antagonismo con calcio, induciendo deficiencias de este último.
++++ = daño más severo o menor resistencia a la enfermedad.
Calcio
Su deficiencia promueve el ataque de enfermedades debido a que es el componente estructural más importante en la lámina media de las paredes celulares; el pectato de calcio cementa las células dando firmeza a la pared y membrana celular. Cuando es deficiente causa el rompimiento de los tejidos debido a la presión que ejerce el constante crecimiento de las células, provocando que el contenido celular salga al exterior y que se convierta en un medio de crecimiento para hongos. El calcio también se encarga de inhibir a la poligalacturonasa, enzima producida por los patógenos para disolver la lámina media y poder acceder a los compuestos solubles de las células.
++++ = daño más severo o menor resistencia a la enfermedad.
Azufre
Las plantas sanas contienen una variedad de metabolitos secundarios y muchos de ellos contienen azufre en su estructura. Estos compuestos pueden estar en formas biológicamente activas o almacenados en precursores inactivos, los cuales se activan en respuesta al ataque de patógenos. Recientemente se ha demostrado que la propia planta puede generar azufre endógeno como mecanismo de protección contra patógenos. El azufre es un excelente fungicida que se ha usado desde hace mucho tiempo, pero poco se sabe sobre su modo de acción.
Micronutrientes
Figura 3. Nutrientes que afectan la estabilidad de la membrana. Foto: Cakmak, 2015. |
El cobre, boro y manganeso tienen influencia en la síntesis de lignina y fenoles simples; sin embargo, el manganeso desempeña otras funciones importantes para el control de enfermedades a través de su intervención en varios procesos, entre los que se encuentran la inhibición de la aminopeptidasa y la metilesterasa que intervienen en la producción de aminoácidos solubles y degradación de la pared celular, respectivamente. El manganeso también ayuda a la actividad de la fotositentetasa e inhibe directamente el crecimiento de hongos por toxicidad debido a concentraciones relativamente altas de este micronutriente.
El zinc, hierro y níquel tienen efectos relacionados con la síntesis de fitoalexinas. También se sabe que el boro y zinc se encargan de la integridad de las membranas celulares, evitando la salida de solutos orgánicos que son sustancias atractivas para los patógenos.
La aplicación de Zn no inhibe directamente a las infecciones pero sí estimula el crecimiento de las raíces, lo que significa que las plantas son más tolerantes a los efectos de hongos que las plantas deficitarias, además se ha encontrado cierta supresión de nematodos cuando se aplica zinc en conjunto con Pseudomonas fluorescens.
Fosfitos
Los fosfitos son derivados del ácido fosforoso y se combinan con diferentes iones: calcio, potasio aluminio, manganeso, magnesio y zinc. Estos compuestos pueden actuar como bioestimulante, inductor de resistencia (producción de sustancias como las fitoalexinas), y/o fungicida. No sustituye a los fungicidas ante epidemias severas, pero constituye una estrategia complementaria. Tienen movilidad tanto en xilema como en floema por lo que su aplicación puede ser al suelo o follaje. Induce la producción de las defensas de las plantas contra patógenos, es relativamente barato e inocuo con el ambiente, los animales y las plantas. Son excelentes acarreadores de los iones acompañantes, aunque su aporte de fósforo es pobre.
Fuentes consultadas
Velasco, V.V.A. 1999. Papel de la nutrición Mineral en la tolerancia a las Enfermedades de las Plantas. Revista TERRA Vol.17 No.3. 200p.
Rodríguez, N.F. 2016. Curso de Fertilidad de Suelos. Universidad Autónoma Chapingo, Estado de México, México.
Velasco, V.V.A.; Trinidad, S.A.; Tirado, T.J.L.; Telliz, O.D.; Martínez, G.A.; Cadena, H.M.1990. Efecto de Algunos Nutrimentos Sobre Plantas de Chile de Agua (Capsicum annuum L.) Aparentemente Enfermas de Virus en Valles Centrales de Oaxaca, México. Tesis de Maestría. Colegio de Postgraduados, Montecillo, México. 324p.
Sabino, P.H.; Lavres, J.J.; Ferreira M.M.2007. Azufre Como nutriente y Agente de Defensa Contra Plagas y Enfermedades. Informaciones Agronómicas No.65.IPNI. Brasil. 115p.
Díaz, Z.M. 1995. Impacto de la Fertilidad del Suelo sobre las Enfermedades en el Cultivo de Soja. CONICET-FAUBA, DZD Agro y Nitragin Argentina S.A.
Estudio agronomia, me interesa su información.
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Hola, excelente información. ¿Como puedo citar este articulo?
Trabajo en el Instituto Nacional de Aprendizaje brindo capacitaciones a productores de las zonas rurales de Costa Rica, en esta ocasión en la producción de cacao, me gustaría que me brindaran permiso para utilizar la imagen de la planta con los nutrientes, que aparece en el artículo de rol de los nutrientes en la resistencia a enfermedades.
Muchas gracias.