Los Hongos Micorrízicos Arbusculares (HMA) son simbiontes asociados con la mayoría de las plantas terrestres, los cuales tienen un rol importante en la agregación del suelo.
La estructura del suelo
La estructura del suelo se entiende como el arreglo y el tamaño de partículas y poros. Consiste en una serie de agregados de varios tamaños, formas y compuestos mineralógicos, así como de un pequeño porcentaje de materia orgánica. El proceso de agregación del suelo es complejo y jerárquicamente estructurado, en el cual un gran número de organismos y agentes cementantes juegan su papel, así como también los factores abióticos (sequía, humedad, congelamiento, etc.). Todos estos procesos son capaces de orientar a las partículas finas del suelo y atraerlas tan cerca unas a otras, que las fuerzas físicas entre ellas las unen muy firmemente.
La importancia de los agregados del suelo
Los agregados del suelo son importantes para mantener la porosidad del suelo y proveer estabilidad contra la erosión. La estabilidad de los agregados tiene el potencial de servir como un indicador sensible de la degradación del suelo; además es la condición más favorable para el crecimiento de las plantas, ya que tiene influencia beneficiosa sobre el estado de humedad del suelo y la dinámica de nutrientes. La estabilidad estructural del suelo, es entonces, una capacidad de los agregados del suelo para retener su forma cuando se humedecen y permitir el paso del agua a través del mismo. La estructura del suelo afecta procesos físicos del suelo, tales como: conducción vertical de agua, conducción de gases, deformación del suelo y penetración radicular.
Figura 1. La estabilidad estructural del suelo es fundamental para lograr una adecuada conducción vertical del agua, conducción de gases, deformación del suelo, y penetración radicular. |
¿Cómo sucede la agregación de partículas?
Diversos estudios han encontrado que la agregación de partículas del suelo es posible gracias a la acción de agentes cementantes. Estos compuestos pueden clasificarse en tres grupos: transitorios, temporales y persistentes. Los transitorios son materiales orgánicos, que se descomponen rápidamente por los microorganismos (polisacáridos), el efecto de estos puede durar semanas. Los temporales son raíces e hifas, particularmente provenientes de HMA, que persisten por meses o años y son afectados por el manejo. Los persistentes consisten en materiales húmicos degradados asociados con hierro amorfo, aluminio y aluminosilicatos.
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