Fertilización Nitrogenada en el Cultivo de Cebolla Introducción
México también destaca en la producción de este cultivo, situándose la mayor parte de la producción nacional en los estados de Chihuahua, Guanajuato, Baja California, Puebla, Zacatecas, Tamaulipas, Michoacán y Morelos (SIAP, 2013). En 2013, Chihuahua destacó en la producción de cebollas, logrando un rendimiento promedio de 51.95 ton/ha y una producción de 237, 402.65 ton en el estado (SIAP, 2013). En el resto de los estados los rendimientos promedios están por debajo de las 37 ton/ha. Es cierto que el clima en el estado norteño puede ayudar, pero también influye mucho el manejo del cultivo y su fertilización. El manejo tradicional de la fertilización en cebollas La fertilización, junto con el manejo del riego, son dos de los principales factores que ejercen una mayor influencia en la productividad del cultivo de cebolla. El aporte de éstos debe basarse en los requerimientos del cultivo de acuerdo a sus etapas de desarrollo, así como del diagnóstico de la fertilidad del suelo y análisis de agua de riego. Otros factores también importantes son la fecha de siembra, elección de la variedad, preparación del terreno, etc. En la producción de cebolla en México, estos factores (en especial los primeros) no se consideran para una adecuada fertilización, por lo que es común aplicar cantidades excesivas de fertilizante, o bien cantidades menores de las requeridas por el cultivo, lo que trae como consecuencia grandes mermas en el rendimiento. Factores a considerar para la fertilización en cebollas La cebolla es una hortaliza de raíz poco profunda (20 – 25 cm) y necesita de un suelo friable (mullido) que retenga suficiente humedad. Los suelos con demasiada arcilla suelen afectar el desarrollo de raíces y resulta ser muy difícil la cosecha. Mientras que la producción de cebolla en suelos arenosos es posible siempre y cuando se consideren riegos más frecuentes. Las cebollas también son sensibles a la salinidad, principalmente en etapas tempranas, y conforme se desarrollan la tolerancia es mayor. Niveles de conductividad eléctrica de 4 a 5 dS/m pueden reducir hasta un 50 % el rendimiento. La cebolla es más sensible a la salinidad, al sodio y al boro que otras hortalizas como la lechuga, brócoli y col.
Para la cebolla y demás cultivos es indispensable contar con un análisis de suelo y agua confiable, pues son las herramientas que ayudan a definir la dosis de fertilización que se debe aplicar al cultivo. Además es necesario conocer cuáles son los requerimientos de nutrientes del cultivo. De esta manera se puede evaluar el aporte de nutrientes del suelo y agua y la eficiencia del cultivo para aprovechar los fertilizantes aplicados. Por otro lado, el análisis de agua también nos brinda información acerca del contenido de carbonatos y elementos tóxicos que pueden afectar la nutrición del cultivo. Fertilización nitrogenada La fertilización nitrogenada influye directamente en el rendimiento de los cultivos y en el caso de la cebolla tiene un efecto directo en el desarrollo y calidad de los bulbos, ya que el N tiene un rol muy activo en las actividades fisiológicas de las plantas por estar vinculado directamente con el proceso de división celular.
El nitrógeno es el elemento más demandado por la cebolla, y su deficiencia produce plantas amarillentas, reducidas, torcidas o enrolladas y a la madurez el cuello no se dobla ni se seca. La mayoría de los autores coinciden en señalar que la cebolla responde a la fertilización nitrogenada (una producción de 35 t/ha de cebolla extrae aproximadamente 128 kg N/ha). Aún en suelos bien dotados de este elemento, su adición en forma de fertilizantes nitrogenados se refleja con una favorable respuesta del cultivo. En la mayoría de los casos se observa una buena respuesta con 150 a 200 kg N/ha. Por lo general, no más de 1/3 de la dosis de N debe estar disponible a la siembra, 1/3 más al principio de la temporada (3 – 4 hojas) y el tercio restante debe aplicarse a la mitad de la temporada. Una dosis fuerte a fines de temporada puede retrasar la maduración, disminuir la capacidad de almacenamiento, favorecer el ataque de hongos y contribuir a la división del bulbo. Las dosis en general puede variar de 100 hasta 400 kg N/ha, dependiendo del suelo, historial de cultivos y eficiencia del rego. Por esta razón uno de los retos más difíciles para los productores y asesores de cultivos es gestionar eficazmente tanto el agua de riego como los fertilizantes nitrogenados disponibles en la zona radicular. Una de las razones para buscar mayor eficiencia en los fertilizantes nitrogenados es porque el N es muy móvil en el suelo y puede ser fácilmente lixiviado del volumen radical por riegos pesados o excesivos, especialmente con fertilizantes convencionales. Para estos casos los fertilizantes de liberación controlada son una opción para contrarrestar estas pérdidas. Por otro lado las pérdidas por volatilización son también muy importantes, incluso llegando a ser la principal causa de pérdida de N. Para contrarrestar la volatilización, se han desarrollado fertilizantes comerciales con inhibidores de la enzima ureasa, que cataliza la hidrólisis de la urea, para reducir las pérdidas por volatilización y mejorar la eficiencia de uso del nitrógeno. La eficacia de estos inhibidores debe ser evaluada localmente. Conclusiones La fertilización nitrogenada influye directamente en el rendimiento del cultivo de cebolla, tiene un efecto en el desarrollo y calidad de los bulbos debido a que el N tiene un rol muy activo en las actividades de crecimiento de la planta. La forma, fuente, ubicación y momento de la aplicación de N, son críticos en la producción de cebollas. Es vital comenzar a partir de un análisis de suelo y agua de un laboratorio confiable y contar con la capacitación adecuada para lograr buenos rendimientos en el cultivo. Fuentes Mata, V. H.; Patishtán, P. J.; Vázquez, G. E.; Ramírez, M. M. 2011. Fertirrigación del Cultivo de Cebolla con Riego por Goteo en el Sur de Tamaulipas. Libro Técnico No. 5. INIFAP. México. 185 p. Álvarez, H. J. C.; Venegas, F. S.; Soto, A. C.; Chávez, V. A.; Zavala, S. L. 2011. Uso de Fertilizantes Químicos en Cebolla (Allium cepa L.) en Apatzingán, Michoacán, México. Universidad Michoacana de San Nicolás de Hidalgo. 15 p. Tindall. 2004. Controlled Release Nitrogen Shows Promise on Onions. Fluid Journal. 2 p. E. Voss, R.; S. Mayberry, K. Green Onion Production in California. Division of Agriculture and Natural Resources. Publication 7243. University of California. 3 p. |