El proceso de adaptación de las plantas a los cambios climáticos, ha traído como consecuencia la alteración de ciertos procesos fisiológicos en ellas. Los cambios en temperaturas, humedad, luz, oxígeno y CO2 han afectado considerablemente la respiración de las plantas y por ende su producción; efectos que se observan claramente como una reducción en el rendimiento y calidad de las cosechas, además de provocar mayor proliferación de plagas y enfermedades. Actualmente se ha hecho necesario desarrollar herramientas como el manejo fisionutricional que permitan mitigar los efectos causados por estos cambios en el clima.
¿Qué es el manejo Fisionutricional?
Es el conjunto de aplicaciones de uno o más productos de manera simultánea (bioestimulantes, reguladores de crecimiento, ácidos húmicos y proteinatos) por etapa fenológica, los cuales permiten obtener un adecuado balance hormonal y nutricional en las estructuras internas del cultivo, con el propósito de optimizar su fisiología y asegurar que aproveche eficientemente los recursos disponibles, además de obtener altos rendimientos y excelente calidad.
El manejo fisionutricional tiene su base en la interacción de la planta con su medio, compuesto este último por el clima y la tecnología; sin embargo, es la tecnología sobre la cual únicamente tenemos el control y de acuerdo al manejo que se le dé a esta aunado al comportamiento particular de los factores climáticos, se obtendrá una respuesta por la planta, expresada en rendimiento y calidad.
Figura 1. El balance hormonal en los cultivos permite conducir a la planta a altos rendimientos y calidad. Foto: Pozo, 2015. |
Balance hormonal
De acuerdo al balance hormonal una planta puede ser vegetativa o productiva. La planta a lo largo de su ciclo de vida produce Auxinas, Giberelinas, Citocininas, Etileno y Ácido Abscísico; sin embargo, generalmente domina una de ellas en cada una de las etapas fenológicas, lo cual determina el tipo de crecimiento de la planta en ese momento debido a que cada hormona activa enzimas específicas, generando un efecto particular. Las hormonas intervienen en todos los procesos fisiológicos que ocurren dentro de la planta durante cada una de las etapas fenológicas, obteniendo distintos resultados en cuanto a la adaptación climática, reducción de estrés, estructuración, senescencia y sanidad en la planta.
El efecto de la interacción de las hormonas a lo largo del ciclo de cultivo queda expuesto en el rendimiento y calidad de la producción, ejemplo de ello es la interacción Auxinas/Citocininas, la cual determina en gran medida el que una planta sea vegetativa (mayor concentración de auxinas) o que sea productiva (mayor cantidad de citocininas).
Por otra parte, los altos niveles de Auxinas, Ácido Abscísico y Giberelinas ocasionan que se eleven los niveles de Etileno, hormona que además de acelerar la respiración, actúa como señalador químico para que las plagas identifiquen a las plantas estresadas durante el día. El etileno también acelera la germinación de esporas y estructuras de propagación de hongos y bacterias.
El efecto generado por los compuestos hormonales en la promoción del crecimiento y desarrollo, ya sean naturales y/o sintéticos, dependerá directamente de la cantidad, el momento y las características de la especie a la que se aplican.
Figura 2. Gradiente de concentración de Auxinas y Citocininas. Foto: Pozo, 2015. |
Manejo del suelo y sistema radical
El manejo adecuado del suelo mejora las condiciones de disponibilidad nutrimental, también se mejoran las condiciones físicas y biológicas. Algo que se recomienda es la aplicación de sustancias que contengan ácidos húmicos y/o fúlvicos, las cuales favorecen el mejoramiento de la estructura del suelo, capacidad de intercambio catiónico, almacenamiento de agua y disponibilidad de los nutrientes, debido a que son agentes quelatantes. La aplicación foliar de nutrientes es complementaria a la realizada al suelo en base al análisis vegetal, sobre todo para nutrientes como el calcio y boro.
Lograr un desarrollo óptimo del sistema radical trae consigo efectos positivos para la absorción de una mayor cantidad de agua y nutrientes, además del control de la tasa de respiración y transpiración y con ello reducir situaciones de estrés (Cuadro 2). La renovación de las raíces también permite una producción más constante de citocininas, lo que contrarresta excesos de Auxinas quienes favorecen la síntesis de Etileno. La aplicación de citocininas sintéticas tiene el mismo efecto de contrarrestar Auxinas aunque es menos uniforme su distribución dentro de la planta.
Productos antiestrés
Aminoácidos. La aplicación de aminoácidos es una estrategia efectiva para la recuperación de plantas estresadas, evitando la degradación de la planta al equilibrar su metabolismo. Estos compuestos también permiten reducir la caída de flores y frutos, incrementar la absorción de nutrientes y mejorar su movilidad dentro de la planta. Los aminoácidos son de rápida asimilación foliar y radical; ayudan a retrasar el envejecimiento y a mejorar el rendimiento y calidad.
Ácido acetil tiazolidin carboxílico (AATC) + ácido fólico (Folcisteína). Es un activador de la formación de antioxidantes y Prolina, la cual evita que la planta transpire el agua constitutiva de las células. Por otro lado, recupera y/o previene el estrés de la planta, favorece la floración, cuajado de frutos, incrementa la masa radical y proporciona un equilibrio hídrico ante excesos y deficiencias. El AATC +ATC (Folcisteína mejorada) tiene los mismos efectos que la Folcisteína con la diferencia de que produce glutatión, osmoprotector que mejora el efecto de la Prolina.
Figura 3. Manejo fisionutricional en cultivo de cebolla. Foto: Pozo, 2015. |
El uso adecuado de productos hormonales por etapa fenológica, en combinación con las aplicaciones oportunas de nutrientes al suelo y vía foliar, así como mejoradores del suelo y productos antiestrés, permiten lograr una elevada respuesta de crecimiento, mayor rendimiento, sano desarrollo y mayor calidad de la producción ante los efectos causados por los factores ambientales adversos.
Fuentes consultadas
Pozo, C.M. 2015. Manejo Fisionutricional de los Cultivos. Curso online. INTAGRI.
Bidwell, R.G.S. 1993. Fisiología Vegetal. Ed. AGT. México, D.F. 804 p.