Monitoreo del Crecimiento en Tomate


Autores: Equipo Editorial INTAGRI

Para lograr un alta productividad y longevidad del cultivo de tomate es necesario que se encuentre en balance entre su crecimiento vegetativo y generativo. Las plantas demasiado vegetativas tienen hojas grandes, tallos gruesos, cabezas fuertes y poca producción de frutos; mientras que plantas demasiado generativas tienen hojas pequeñas, tallos delgados, cabezas débiles, intensa floración, flores pequeñas y posiblemente una gran carga de frutos. Para lograr el balance del cultivo, se requiere el monitoreo constante del crecimiento de la planta, observando el desarrollo de tallos, hojas, flores y frutos. Al saber “leer” a la planta mediante el monitoreo de su crecimiento, con datos objetivos y cuantificables, se puede determinar en una etapa del cultivo si las plantas están en balance, demasiado vegetativas o demasiado generativas, lo que ayudará a tomar medidas correctivas a tiempo y evitar plantas muy desbalanceadas.

¿Qué es el monitoreo de crecimiento?

Es una metodología desarrollada para evaluar el crecimiento del cultivo y determinar si el cultivo de tomate se encuentra en balance entre sus crecimiento vegetativo y generativo. La aplicación periódica de esta metodología permite determinar la velocidad del crecimiento semanal, la fuerza de crecimiento (diámetro del tallo) y el balance del cultivo (vegetativo vs generativo). Este monitoreo se realiza de forma adicional al monitoreo nutrimental.

Las mediciones de las plantas para el monitoreo de su crecimiento deben realizarse semanalmente. Se recomienda que estas mediciones las realice la misma persona en el mismo día de la semana y a una hora específica para evitar fluctuaciones indeseables. El número de plantas que se requieren monitorear es de al menos 10 plantas por invernadero, cuando la superficie es mayor de una hectárea deberá aumentarse el número de plantas. No obstante, es conveniente contar con plantas extra por si se presentara alguna pérdida. Las plantas deben seleccionarse en distintos puntos del invernadero de tal manera que sean representativas de la población total y deben evitarse plantas que se ubican en las orillas.

Planta de tomate tutorada con rafia.

Figura 1. El monitoreo del crecimiento del tomate permite conocer cuantitativamente la tendencia del cultivo hacia un crecimiento vegetativo o generativo.

Foto: INTAGRI

Marque claramente las plantas muestreadas para que los trabajadores no cosechen estas plantas. El uso de un formulario de registro ayudará a recopilar los datos de forma estructurada.

Los parámetros para realizar el monitoreo del crecimiento en el cultivo de tomate son diversos y dependerán del grado con el que productor o técnico quieran llevar acabo su monitoreo de crecimiento. Los parámetros que se utilizan son: longitud de crecimiento del tallo (cm), diámetro de tallo (mm), longitud de la hoja más recientemente madura (cm), distancia de la cabeza al ramillete de floración (cm), distancia entre el racimo cuajado completo y el racimo en floración y cuajado (cm), longitud del entrenudo de la cabeza a la primera hoja (cm), número de hojas en la planta, número de frutos abortados, número de frutos cosechados por semana, peso del fruto promedio (g), peso del racimo (g), posición y tamaño de flores, fortaleza de la cabeza y color de la ramificación; estos últimos mediante unidades cualitativas como: bueno, regular y malo. Sin embargo, los parámetros más comunes son longitud de crecimiento del tallo, diámetro de tallo y longitud de la hoja más recientemente madura.

Longitud de crecimiento del tallo

Para realizar la medición de este parámetro se apoya de la rafia con la que se tutora la planta para marcar la altura del punto de crecimiento o cabeza. A la semana siguiente la marca se toma como referencia para medir el crecimiento que tuvo la planta en esa semana hasta el ápice o cabeza. Después se coloca una marca nuevamente a la altura de la cabeza dela planta.

La longitud de crecimiento puede variar según el genotipo. Por ejemplo, una planta de tomate bola bien balanceada en el centro de México, tiene un crecimiento semanal entre 20 a 21 cm, mientras que para tomates tipo Saladette (al inicio del ciclo) su crecimiento oscila entre 20 a 27 cm; aunque algunas variedades en un día soleado y buen balance nutrimental pueden crecer 30 cm o más.  De forma general, el tallo crece a un ritmo de 18 a 30 cm semanalmente, dependiendo de las condiciones de temperatura y genotipo. La elongación del tallo incrementa con la temperatura y, por el contrario, bajas temperaturas reducen el crecimiento del tallo. El alargamiento de las noches también disminuye la velocidad de elongación del tallo.

Diámetro del tallo

Este parámetro mide la fuerza de crecimiento de la planta. Para medir correctamente el tallo se debe utilizar un vernier y considerando la parte más plana o delgada del tallo como la medida de su diámetro. El diámetro del tallo se toma en el punto marcado la semana anterior como altura de la planta.

En promedio una planta de tomate, con un equilibrio adecuado, tiene un diámetro de entre 10 a 12 mm. Si el diámetro es de 13 mm o mayor se considera que esta en condición vegetativa, por el contrario, si el diámetro del tallo es menor a 10 mm esta en condición generativa.

Longitud de la hoja

Medición de la longitud de crecimiento y diámetro del tallo de una planta de tomate.

Figura 2. La medición de la longitud de crecimiento del tallo (izq.) y del diamtero del tallo (der.).

Foto: INTAGRI

La longitud de la hoja se puede utilizar para estimar el índice de área foliar en el cultivo. Para una fotosíntesis exitosa en el cultivo se requiere un índice de área foliar de 3. Si la área foliar es pequeña, se podría considerar dejar más hojas en las plantas. Para medir la longitud de la hoja se considera la hoja más recientemente madura (HMRM) desde el tallo hasta su punta. Esta hoja es aquella que ha terminado de crecer en el transcurso de la semana  y que se ubica normalmente entre el racimo que se está cuajando y el que está en floración; suele estar entre la 4° y 5° hoja contando desde arriba.

La longitud de la HMRM en promedio está entre los 30 a 46 cm. Si la longitud es de 47 cm o mayor se considera muy vegetativa, por el contrario, una longitud menor a 30 cm considera que la planta esta generativa.

Carga de frutos

Las plantas fuertes pueden producir claramente más frutos que las plantas débiles. De igual forma, si hay más luz la planta es capaz de mantener más frutos. 

Medición de la longitud de la hoja de tomate.

Figura 3. Medición de la HMRM en tomate.

Foto: INTAGRI

Si la planta tiene una alta carga de frutos debe considerarse una poda en los racimos. Se recomienda que para la temporada de invierno se tengan entre 4 a 5 frutos por racimo y de 5 a 7 frutas por racimo en verano. Aunque esto también dependerá del genotipo. Por ejemplo, los tomates cherries pueden tener hasta 14 frutos por racimo, considerando que los frutos son más pequeños. Para registrar el número de frutos, numere los racimos de abajo hacia arriba y cuente el número de frutos por racimo.

Otros parámetros de importancia que se recomiendan considerar son la distancia de la cabeza al racimo floral y la longitud de este racimo. En tomate bola en balance la distancia de la cabeza al racimo en floración es de unos 15 cm y la longitud del tallo floral es de entre 4 a 5 cm.

Conclusiones

Es importante destacar que los datos deben ingresarse a una hoja Excel o software que nos permita graficar los datos pues no siempre está claro si las plantas son vegetativas o generativas. La mejor forma de ver las tendencias es a través de gráficos que muestren las medidas de la planta a lo largo del tiempo.

Una línea horizontal en un gráfico indica una condición estable, en otras palabras, un balance. Una línea en un gráfico que sube o baja gradualmente indica una tendencia generativa o vegetativa. El siguiente paso es hacer gráficos de las condiciones de crecimiento relevantes (luz, temperatura, régimen de riegos, contenido de agua, C.E. y más), producción, tasa de crecimiento de la planta y la tasa de desarrollo para ver tendencias y enlaces que de otro modo no se detectarían.

El monitoreo del crecimiento del cultivo de tomate permite tomar decisiones sobre el control del clima, el control del riego y el manejo del cultivo para dirigir al cultivo hacia un crecimiento vegetativo o generativo. También puede ser una herramienta útil para recordar lo que se hizo en ciclos anteriores. Los datos tomados y comparados de un ciclo a otro y de un genotipo a otro, comienzan a darle sentido al técnico o productor para realizar ajustes particulares para su región, ciclo y genotipo que establezca. Las observaciones visuales por el productor o técnico deben continuar para verificar si los datos recopilados coinciden con dichas observaciones antes de tomar medidas.

Cita correcta de este artículo 

INTAGRI. 2022. Monitoreo del Crecimiento en Tomate. Serie Horticultura Protegida, Núm. 47. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 4 p.

Literatura consultada

  • Resh, H. M. 2013. Hydroponic Food Production: A Definitive Guidebook for the Advanced Home Gardener and the Commercial Hydroponic Grower. Florida: CRC Press. 511 p.
  • Gagne, C.; Kovach, D.; Mattson, N. S. 2021. Learn the Basics of Greenhouse Tomato Crop Steering. GREENHOUSE GROWER.
  • Nederhoff, E., & Houter, B. 2009. Plant Management: For Generative or Vegetative Steering. Practical Hydroponics & Greenhouses. 2009 (105): 51-54 p.
  • Blok, C.; Brunsting, M.; Van Os, E.; Alamayreh, D.; Hasan, A. 2019. Plant Data: Generative & Vegetative Growth. Jordan Hydroponic Agriculture and Employment Development Project: Experiences 2018 – 2019. N° 6.  2 p.
  • Muñoz, R. J. J. 2009. Manejo del Cultivo de Tomate en Invernadero. En Castellanos, J. Z. (Ed), Manual de Producción de Tomate en Invernadero. INTAGRI. Celaya, México. 45-92 p.

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