Cultivo de Palma Africana o de Aceite


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Autor: Equipo Editorial INTAGRI

La palma africana o palma de aceite (Elaeis guineensis Jacq.) es una especie originaria de la costa de Guinea en el oeste de África, desde donde fue introducida a otras partes de África, sudeste de Asia y Latinoamérica. Los principales productores del cultivo de palma africana o de aceite en 2019 fueron: Indonesia (59.7 %), Malasia (24 %), Tailandia (4.1 %), Nigeria (2.4 %) y Colombia (2 %), concentrando el 92.3 % de la producción mundial, de acuerdo con la FAO.  Se emplea principalmente para la extracción de aceite, tanto de la pulpa del fruto como de la semilla. El aceite de palma se utiliza en un sinnúmero de productos industriales como: aceites comestibles, mantequillas, mantecas, panificación, helados, detergentes líquidos, shampoo, tinte-pinturas, cosméticos, lubricantes, biodiesel, entre muchos otros.  

Condiciones edafoclimáticas del cultivo

Suelos. El cultivo de palma africana o de aceite requiere suelos profundos (>75 cm de suelo arable), con buen drenaje que evite inundaciones y una pendiente menor al 12%. Los suelos no deben tener más de 1 dS/m, con un pH de entre 4 y 6; además de una capacidad de intercambio catiónico (CIC) mayor a 16 y un valor mayor a 20 % de bases intercambiables.

Precipitación. El crecimiento y desarrollo del cultivo de palma africana o de aceite presenta su mayor potencial en regiones donde la precipitación este bien distribuida a lo largo del año (150 mm mensuales) y sea igual o mayor a los 1,800 mm por año.

Temperatura y humedad relativa. La temperatura anual ideal para el cultivo de palma africana o de aceite es de entre 22 y 28 °C. En cuanto a la humedad relativa, se recomienda que se encuentre por encima del 80 %.

Recolección de frutos en huerto de palma de aceite

Figura 1. El cultivo de palma africana o de aceite es una de las principales oleaginosas en el mundo por la gran cantidad de aceite producida a partir de sus frutos y semillas.

Foto: UNED.

Altura sobre el nivel del mar y radiación. Son recomendables sitios con una altura sobre el nivel del mar que no sobre pasen los 500 m y con más de 2,000 horas de luz por año.

Establecimiento del cultivo

Preparación del terreno. Es indispensable comenzar con el acondicionamiento del terreno, eliminar piedras, arboles, malezas, etc. Posteriormente se procede a barbechar el terreno y después se hace el paso de rastra para dejar mullido el suelo. Una vez realizado esto, se procede a realizar el trazado de la plantación, balizado y holladura; esta última deberá ser de entre 5 a 10 cm mayor al diámetro de la bolsa del vivero.

Variedades. Entre los materiales comerciales más utilizados de palma africana o de aceite se pueden encontrar: ‘Deli x Avros’, ‘Deli x Ghana’ y ‘Deli x Ekona’, ‘Deli x La Mé’, ‘Deli x Nigeria’, ‘Compacta x Nigeria’, entre otras.

Siembra y densidad de plantación. Se realiza al comenzar la época de lluvias para favorecer su establecimiento. La densidad de plantación varía entre 143 a 160 palmas por hectárea, dependiendo de la variedad. En algunas ocasiones suele aprovecharse el espacio entre hileras para sembrar cultivos como arroz, maíz, yuca, plátano, papaya, sandía o sorgo en los primeros años de la plantación.

Control de malezas

Se considera maleza a toda planta que aparece en el momento y lugar no deseados. Este tipo de plantas compiten con el cultivo de palma africana o de aceite por los recursos disponibles. Por lo tanto, si las malezas no se controlan de manera eficaz se convierten en una limitante de la producción. Además, suelen ser hospederas de plagas y enfermedades que pueden afectar a la plantación más adelante.

Control mecánico. Entre las hileras se puede hacer un rastreo que evite dañar la parte foliar y las raíces de las plantas o mediante una chapeadora.

Control manual. Se considera una alternativa para los espacios que no son alcanzados a través del control mecánico. Suele realizarse mediante machetes, azadones o palas.

Control químico. Es a través de herbicidas y normalmente en plantaciones de 2 años en adelante. Al igual que el control manual, se emplea en los espacios que no son alcanzados mediante el control mecánico. Es común en las plantaciones utilizar herbicidas como glifosato, glufosinato de amonio, metsulforon metil, entre otros.

Uso de cultivos de cobertera. Las coberteras vegetales a base de leguminosas, además de proporcionar beneficios a la fertilidad del suelo y nutrición de la palma africana o de aceite, pueden apoyar en la reducción de malezas en el cultivo.

Poda

Es una práctica que elimina hojas secas, enfermas o en descomposición. Ayuda a ubicar racimos maduros, eliminar frutos desprendidos que quedan en las axilas de las hojas, favorecer la polinización, reducir el peligro de accidente por la caída de las hojas y evitar el desarrollo de plantas epifitas.

Poda sanitaria. Consiste en eliminar hojas enfermas y secas, inflorescencias masculinas viejas y racimos maduros que no han sido removidos. También se eliminan las hojas bajeras para facilitar el manejo de la plantación. Suele realizarse generalmente antes de la primera cosecha, es decir del primer al tercer año después de la siembra. También se realiza esta poda de forma anual una semana antes de cosechar para eliminar hojas secas y racimos podridos o secos.

Poda de mantenimiento. Es una poda que se realiza anualmente, aunque si se presenta un crecimiento excesivo de hojas se pueden hacer cada 9 o 6 meses. En esta poda se eliminan las hojas no funcionales, es decir hojas secas o amarillas e incluso hojas que obstaculizan la cosecha, tratando de dejar dos espirales de hojas debajo del racimo más viejo. Se debe procurar mantener un promedio de 35 hojas por palma para una buena producción y maduración de los racimos.

Nutrición y fertilización

La palma africana o de aceite tiene una alta demanda de nutrimentos debido a su rápido crecimiento anual y a los altos rendimientos anuales que se logran a partir del tercer o cuarto año después de la siembra. La cantidad de nutrimentos que requiere el cultivo depende de la edad, variedad y condiciones climáticas; los cuales son muy bajos en el primer año por el estrés del trasplante, incrementándose entre los años 1 a 3 y estabilizándose en los años 5 y 6. Tanto el nitrógeno como el potasio son los nutrimentos más demandados por el cultivo (Cuadro 1).

Cuadro 1. Demanda anual de nutrimentos para altos rendimientos en palma africana o de aceite (25 ton/ha).

Fuente: Donough, 2008; adaptado de Kee y Goh, 2006.

Demanda de nutrimentos (Kg/ha)

N

P

K

Mg

114-193

12-27

149-279

22-61

Para realizar un programa de fertilización adecuado del cultivo de palma africana o de aceite es indispensable, que además de la demanda del cultivo se tengan en cuenta la fertilidad física, química y biológica del suelo. En caso de emplear riego, también deberá considerarse los aportes de nutrimentos que realiza el agua de riego, los cuales se pueden conocer mediante un análisis químico del agua. La primera fertilización deberá llevarse a cabo durante el establecimiento, depositando el fertilizante en el fondo del hoyo o agujero donde se colocará la planta o después de sembrada alrededor de la misma planta. En los años posteriores, el fertilizante se colocará en banda en el contorno de la planta, tomando en cuenta el largo de las hojas.

Una de las herramienta que ayuda en el ajuste del programa de fertilización son los análisis foliares, que nos proporcionan una fotografía del estado nutrimental del cultivo y saber si la concentración de los nutrimentos en las palmas están en suficiencia, deficiencia o exceso. En el cultivo de palma africana o de aceite se toma la hoja número 17 en plantas adultas, la 9 en plantas jóvenes en producción y plantas de 2 a 3 años. En plantas menores a un año se toma la hoja 3. Se recomienda realizar el análisis foliar en la misma época cada año para que los resultados sean comparables de un año a otro.

Cosecha

La cosecha de racimos de fruta en palma africana o de aceite, de acuerdo a la precocidad de cada variedad, puede iniciar alrededor de los dos años y medio. Durante la cosecha se pretende recolectar todo racimo y fruta suelta que se encuentre en óptimo grado de madurez, con un mínimo grado de acidez posible (1.2 a 1.5 %). La cosecha se realiza en intervalos que van de 8 a 12 días, lo cual dependerá de la variedad y edad de la plantación. La madurez de los racimos se aprecia con el cambio de coloración de los frutos de rojo-naranja a rojo opaco y el desprendimiento de frutos, que aumentará conforme un racimo incrementa su contenido de aceite.

Cosecha de racimos de fruta de la palma africana

Figura 2. La cosecha se inicia una vez que los frutos del racimo cambian de coloración o cuando se detecta el desprendimiento de frutos del racimo.

Foto: El País.

Cita correcta de este artículo 

INTAGRI. 2021. Cultivo de Palma Africana o de Aceite. Serie Frutales, Núm. 76. Artículos Técnicos de INTAGRI. México. 4 p.

Literatura consultada

  •  SAGARPA. 2017. Planeación Agrícola Nacional 2017-2030: Palma de Aceite Mexicana. SAGARPA. México. 11 p.  
  • Donough, C. R. 2008. Manejo de la Nutrición y Fertilización de la Palma Aceitera. Informaciones Agronómicas N° 69. IPNI. 8 p.
  • Ministerio de Agricultura y Ganadería. 2013. Guía Técnica para el Cultivo de Palma Aceitera en la Región Huetar Atlántica de Costa Rica. Ministerio de Agricultura y Ganadería. Costa Rica. 35 p.

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