Dr. Francisco Ponce
Para México la producción de cultivos extensivos es importante, pues se destinan para los cultivos de maíz, sorgo, trigo, cebada, algodón y caña de azúcar, aproximadamente 12'200,000.00 hectáreas; de estas, el 91 % son cereales, determinantes en la dieta del mexicano, sin restarle valor a la caña de azúcar y al algodón, pues si bien abarcan el 9 %, su producción es estratégica para México.
Las enfermedades fungosas de estos cultivos son varias, y en la mayoría se busca su manejo con variedades resistentes o tolerantes. Esta medida genética fue exitosa por varios años y seguirá teniendo controladas varias enfermedades. Sin embargo, en la última década, algunos materiales han perdido esa resistencia y han sucedido epifitias muy fuertes en los cultivos aludidos.
También algunas enfermedades a las que no se les prestaba atención por ser tal vez endémicas, están disminuyendo el potencial productivo de los híbridos utilizados en la siembra. Aunado a ello, el avance de las tecnologías en donde se cuidan los mínimos detalles para la calidad y la cantidad de las cosechas, invita a que no dejemos ni un cabo fitosanitario suelto y aprovechemos al máximo el vigor genético de esas plantas.
Figura 1. Dr. Francisco Ponce, experto en manejo de fungicidas será profesor en el curso MIP y MIE en Cultivos Extensivos de Intagri, impartirá el tema “Manejo de la resistencia en fungicidas y grupos toxicológicos, enfoque para cultivos extensivos” |
Las gramíneas son atacadas todas por carbones y existen tratamientos con fungicidas para prevenir los casos, lo mismo que curar al algodón de la viruela. En el primer caso por tratamientos a la semilla y en el segundo con aspersiones al follaje. Esto, solo por mencionar una enfermedad en esos cultivos; que desde luego no es la única.
A pesar de la gran cantidad de Has señaladas en el primer párrafo, poco se conoce de los fungicidas que nos ayuden a prevenir o curar esos hongos.
Suponiendo que a pesar de los esfuerzos en el manejo de los hongos fitopatógenos de estos cultivos, perdiéramos por sus daños tan solo el 5 %; esas pérdidas ascenderían a 610,000 hectáreas. Ahora, siendo modestos, que la inversión por hectárea fuera de $ 15,000.00, el monto en dinero sería:
$ 9'150,000,000.00. Esta suposición, creo, está por abajo de la realidad.
Sí como ejemplo consideráramos que solo invirtiéramos $ 50.00 por hectárea en tratamiento a la semilla de siembra, esa inversión costaría $ 610'000,000.00.
Sumando pérdidas e inversión son $ 9'760'000,000.00.
Es increíble que ante esa gran cantidad económica no se ponga atención a los fungicidas en los cultivos extensivos. Por eso es muy acertada la idea de que en el curso de MIP y MIE en cultivos extensivos hablaremos de que fungicidas usar, como trabajan, previenen o controlan a los hongos y de qué forma manejarlos para tener éxito y evitar la resistencia.
Figura 2. El uso correcto de fungicidas en cultivos extensivos es un tema poco conocido por los productores. |
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