La gallina ciega (Phyllophaga spp.), también conocida como “mayate de mayo”, es una plaga que ocasiona daños considerables a diversos cultivos y en muchos casos pérdida total de la producción. Las larvas bien desarrolladas destruyen todo el sistema de raíces de la planta en el transcurso de unos cuantos días, por lo que su control depende generalmente de productos químicos. Ante el problema del uso excesivo de productos químicos para el control de gallina ciega, resulta necesario llevar a cabo un manejo integrado, donde se logre eliminar o mantener el daño causado por debajo del umbral económico.
Figura 1. Larva de Gallina Ciega (Phyllophaga spp.). Fuente: Generación Verde, 2016. |
Distribución
“Gallina ciega” es un complejo de plagas del suelo compuesto por larvas de coleópteros de la familia Melolonthidae. Los principales géneros de gallina ciega son Phyllophaga, Anomala, Popillia y Cyclocephala, distribuidos en todo el mundo tanto en climas tropicales como templados. En México esta plaga está ampliamente distribuida, principalmente en los estados de Baja California, Sonora, Zacatecas, Coahuila, Chihuahua, Oaxaca, Chiapas, Puebla, Jalisco, Michoacán, Veracruz y Estado de México. Afecta cultivos como maíz, sorgo, papa, trigo, tomate, arroz de temporal, frijol, frutales, agave, café, berries, pastos, entre otros. El género Phyllophaga cuenta con 400 especies sólo en México y de ellas sólo diez se tienen documentado los ciclos de vida.
Biología de la plaga
Las larvas de gallina ciega tienen una longitud variable dependiendo del instar en el que se encuentren y de la especie a la que pertenezcan; pero en el caso de las larvas del género Phyllophaga estas pueden medir aproximadamente 2.5 cm. Otras de las características es que tienen el abdomen y tórax arrugado y de color cremoso, los tres pares de patas son cortas y la cabeza de color café donde sobresalen las mandíbulas bien desarrolladas. Estas larvas se hospedan y alimentan de las raíces de las plantas causándoles un daño físico. La sintomatología de su ataque son follajes amarillentos, marchitez, acame o muerte de las plantas como consecuencia del mal desarrollo y funcionamiento de sus raíces. La detección en la mayoría de los casos se realiza cuando el daño ya es grave. Las larvas se desarrollan a una profundidad de 10 a 15 cm y pasan por tres instares, cuya duración en promedio es mayor a 9 meses, lo cual depende de las condiciones del medio y la especie.
Figura 2. Ciclo de vida de Gallina Ciega (Phyllophaga spp.). Fuente: Generación Verde, 2016. |
La fase de pupa ocurre a finales de marzo y principios abril, requiriendo en promedio un mes de desarrollo para emerger en su etapa adulta. Los adultos emergen del suelo entre abril y julio, específicamente durante el crepúsculo y primeras horas de la noche. En la etapa adulta llegan a medir de 1.5 a 2.0 cm de largo, además tienen hábitos nocturnos y son fuertemente atraídos por la luz fluorescente y sobre todo la luz negra. Tras la copula las hembras ovipositan en el suelo entre 10 a 14 huevecillos. La profundidad a la que se entierran para ovipositar puede variar de 10 a más de 50 cm, tratando de hacerlo en donde hay alimento disponible. Lo anterior, es la razón de que el ciclo de la plaga pueda llegar a ser anual, bianual o trianual; sobre todo en las especies del género Phyllophaga.
Manejo Integrado
Monitoreo. Lo primero es hacer un estudio sobre la zona y conocer la incidencia de la plaga, con esta información se podrán establecer estrategias de manejo preventivo. El monitoreo en el caso de la gallina ciega se hace preferentemente en adultos, pero cuando se tienen especies bianuales o trianuales el trampeo de adultos debe combinarse con estrategias como la inspección o monitoreo del suelo, permitiendo conocer la población de larvas y adultos. El momento para realizar el monitoreo de adultos y de suelo es al inicio de la temporada de lluvias, ya que es el momento en que eclosionan las pupas de la plaga.
Las trampas de luz para monitorear adultos pueden ser tan sofisticadas o rusticas como los recursos lo permitan. La principal limitante de este tipo de trampas es que requieren una fuente de luz cercana para funcionar. Actualmente se tiene la oferta de trampas de luz con paneles solares, aunque estas suelen ser bastante caras. Una alternativa menos sofisticada y efectiva son las trampas de agua, la cual se prepara con un poco de levadura (1 sobre de levadura/3 L de agua), plátano macerado (1 plátano/ 3 L de agua) y un poco de detergente. Los cadáveres de estos escarabajos pueden ser utilizados en la trampa, debido a que liberan feromonas y cumplen la función de atraer más insectos. Las trampas se revisan mínimo cada semana.
El monitoreo del suelo consiste en inspeccionar un cuadrante de 1 m2 a 25 cm de profundidad. Este monitoreo se realiza cada 15 días a partir de la siembra y su intensidad dependerá de la extensión y características de uniformidad del terreno (2 a 4 muestreos/5 ha). El umbral de 4 larvas por cuadrante en el cultivo de maíz representa una situación de emergencia que se debe atender de inmediato.
Control químico. Una de las estrategias preventivas dentro del control químico es el tratamiento de la semilla con productos insecticidas, sobre todo en zonas de alta incidencia de la plaga. Esta práctica evita también el ataque de otras plagas, lo cual hace que sea una medida preventiva casi obligatoria en los cultivos. Esta protección en la semilla tiene una duración aproximada de 15 a 20 días. La acción de esta medida es complementada con la aplicación de insecticidas granulados aplicados al suelo. Entre los insecticidas que se utilizan en México para el control de esta plaga están: Carbofuran, Terbufos, Teflutrina, Clorpirifos e Imidacloprid. La aplicación de los insecticidas granulados se realiza al momento de la siembra a un lado de la semilla. Además el riego ayuda a que los insecticidas granulados puedan llegar a las profundidades donde se encuentran las larvas de gallina ciega. Por otro lado, Imidacloprid es muy soluble, lo que permite su aplicación a través del sistema de riego.
Control biológico. Consiste en el uso de hongos entomopatógenos (Beauveria bassiana y Metarhizium anisopliae), bacterias como Bacillus popilliae y el nematodo Heterorhabditis bacteriophora para controlar las larvas de gallina ciega, sobre todo las larvas del primer instar.
Los entomopatógenos infectan a las larvas a través del contacto, ingresan al insecto para alimentarse y reproducirse, y finalmente causan la muerte de las larvas. El nivel de control con estos microorganismos dependerá principalmente de las condiciones ambientales donde se desarrollen y la especie a la que ataquen. Su aplicación debe estar bajo un esquema de aplicaciones que permitan dar una protección a largo plazo en los cultivos. Antes de emplear productos comerciales de estos entomopatógenos, se deben realizar pruebas de campo para evaluar su capacidad infectiva en la plaga. Una vez seleccionada la cepa de mejores características de control,
Figura 3. Larva de gallina ciega infectada por Metarhizium anisopliae. Fuente: CESAVEM, 2015. |
es importante incorporarla al suelo durante la preparación del terreno o en la siembra junto a la semilla, también se pueden aplicar a través del sistema de goteo, el cual debe estar por debajo del suelo (subirrigación).
Control cultural. El barbecho y rastreo del suelo permiten exponer las larvas de gallina ciega a los rayos solares o a la depredación, principalmente por aves. Se recomienda realizar estas prácticas inmediatamente después de la cosecha del cultivo o en otoño, ya que es el momento en que las larvas se encuentran superficialmente en el suelo. Por otro lado, enriquecer el suelo con materia orgánica permite que se genere una mayor biodiversidad de microorganismos, donde puedan proliferar depredadores de esta plaga.
Otra alternativa es usar trampas de luz para capturar a los adultos. Esto preferentemente debe realizarse desde finales de abril y todo el mes de mayo. Es una técnica muy simple, solamente requiere de establecer las lámparas en puntos estratégicos y encenderlas entre las 8 y las 10 de la noche.
Figura 4. Trampa omnidireccional tipo embudo con luz fluorescente negra para gallina ciega. F Fuente: Aragón, 2008. |
Fuentes consultadas
Aragón, G. A.; Nochebuena, T. C. D.; Morón, M. A.; López, O. J. F. 2008. Uso de Trampas de Luz Fluorescente para el Manejo de la Gallina Ciega (Coleoptera: Melolonthidae) en Maíz (Zea mays L.). Agrociencia. 42 (3). 217-223 p.
Díaz, M. P.; Nájera, R. M. B.; Lezama, G. R.; Rebolledo, D. O.; Flores, L. H. E.; Martínez, S. J. A.
2006. Especies de Gallina Ciega (Coleoptera: Melolonthidae) y su Asociación con Factores Agroclimáticos y de Manejo del Maíz en los Altos de Jalisco, México. Instituto de Investigaciones de Sanidad Vegetal. Fitosanidad. 10(3). 209-215 p.
Mena, C. J.; Velásquez, V. R. 2010. Manejo Integrado de Plagas y Enfermedades de Frijol en Zacatecas. INIFAP. México. 83 p.
Ruiz, V. J.; Aquino, B. T.; Silva, R. M. E.; Girón, P. S. 2012. Control Integrado de la Gallina Ciega Phyllophaga vetula Horn (Coleoptera: Melolonthidae) con Agentes Entomopatógenos en Oaxaca, México. UDO Agrícola. 12 (3). 609-616 p.
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